𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐘

Cap 45

Nunca le gustaron las sudaderas, la tela era pesada y caliente, solía molestarle por la poca movilidad que tenía si llevaba una puesta, pero últimamente usar sudaderas era lo mejor para él.
La gran tela cubría todo su cuerpo, así que podía esconder perfectamente aquellos moretones y marcas que le hacían sentir asco de si mismo.

Sentía que la vida se le estaba llendo de las manos.
¿Cuando había sido la última vez que hablo con sus padre? ¿Con sus hermanos? ¿Sus primos seguirían queriéndolo? ¿Y sus amigos? ¿Manjiro... seguiría pensando en él como el lo hace?... ¿Cuando fue su última comida normal? ¿Cuando fue la última vez que durmió sin tener pesadillas?.
Estaba tan exhausto que podría caer rendido en cualquier momento, pero debía evitar aquello, no era un opción que todos se dieran cuenta sobre lo que estaba pasando.

Se había levantado tarde, todo su cuerpo dolía y apenas y podia caminar antes de cansarse y tener que detenerse para poder tomar aire.
Llevaba un short que si antes le quedaba grande, ahora le quedaba gigante, dejando a la vista sus delgados muslos; también tenía puesta una sudadera negra igual de grande junto a sus pantuflas de patito.

Bajo las escaleras de su hogar con cuidado de no caer, los mareos podían jugarle una mala pasada y podría terminar muerto o peor aún, pendejo de la cabeza y con una pierna rota.
Sus hermanos habían ido a patinar en hielo, desconocía la hora de llegada pero quería evitar encontrarse los.

Pero como la vida lo odiaba, justo iban entrando a casa, y no solo ellos, sino que también venían con todos sus primos, ¿aún podia decirles de aquella forma?.
Su vista viajo al piso y se quedo viendolo todo el camino a la cocina evitando mirar a los demás, pero sintiendo algunas miradas, prefería que le ignoraran antes de que lo vieran.

—Hermano, llegamos, ¿ya comiste? - Chifuyu le miro con una sonrisa, no podía mentirle a su hermanito, pero era necesario.

—Fuyu, bienvenidos a casa y acabo de comer, Maya-san se fue hace poco y dejo mi comida preparada

Chifuyu le miro unos segundos que parecieron horas, antes de sonreir diferente y tomarle de la mano.
Trato de soltarse del agarre pero simplemente fue en vano cuando ya estaba en la sala junto a todos.

—Pediremos pizza y veremos películas, ¿quieres unirte?

Mentiría si dijera que no, pero últimamente mentía para todo, había tenido que aprender a hacerlo si no quería que la gente se enterará sobre lo que en realidad pasaba.
Recordar las palabras y el maltrato que paso solo por hablar con su hermano le hizo alejarse de golpe y tomar nerviosamente la manga de la sudadera, jugando con esta mientras sentía la mirada de todos.

—Y-yo... no puedo

Salió corriendo y subió las escaleras con rapidez ignorando todo, el dolor en su pecho incrementó y tuvo que parar cuando sintió que el aire no llegaba a sus pulmones.

—Agh...

Giro para asegurarse de que nadie le hubiera seguido y continúo más tranquilo su camino a su habitación para encerrarse sin que nadie le molestará.

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Manjiro miro con algo de preocupación al rubio más pequeño.
Habían pasado tan solo tres semanas desde que no se hablaban y aunque trataba de no darle importancia al asunto, todavía le era muy difícil ver al menor. Por eso, al ver su estado físico no pudo evitar preocuparse; Takemichi siempre fue delgado y algo pálido, pero el como se veía ahora le hacía ver enfermo, y eso si que le preocupaba, y mucho.