Luego de un peculiar encuentro gracias a sus hijos, 5 familias totalmente diferentes se vuelven inseparables. Creando momentos inolvidables entre ellos.
-Koko x Inupi
-Wakasa x Shinichiro
-Hanma x Kisaki
-Kakucho x Izana
-Senju x Yuzuha
-Mikey x...
Parpadeo con pesadez, no queriendo salir de la cama. Se sentó levemente y se quedo mirando un punto fijo en la habitación, sintiéndo su cuerpo temblar ante las repentinas arcadas que le dieron, se puso de pie y corrió hasta al baño. Metió la cabeza en la taza y dejo que todo saliera, tratando de no hacer tanto ruido como para llamar la atención de su padre y hermanos.
Se recostó en la pared frente a la taza y se quedo en aquella posición unos minutos; sus lágrimas corrían por sus mejillas, su pecho dolía y le costaba respirar.
No debía llorar, él decidió quedarse para evitar que su familia saliera lastimada, no podía llorar por algo que él dejo que pasara. Limpió sus lágrimas con su muñeca, quedandose todavía unos minutos más antes de bajar la llave de la taza, escuchando como el agua se llevaba todo con ella.
Era lunes, debía estar preparándose para ir a clases, pero simplemente no tenía las ganas ni fuerzas de ir, no podía. No quería ir al colegio y ver el rostro de aquellos tipos, no quería llorar frente a ellos como hace dos días, no quería verse patético ni vulnerable, ellos se habían aprovechado de eso.
Sus pensamientos inundaron su cabeza, por lo cual no escucho la puerta siendo tocada; dio un salto asustado cuando la puerta de su habitación se abrió, dejando ver a su padre en traje, listo para irse al trabajo.
—Tús hermanos ya están desayunando para irse al colegio, ¿Por qué todavía no te arreglas?
No sabe porque paso, pero sintió que la respiración le fallaba, su padre le veía confundido y algo molesto. Debía mantenerse tranquilo y no alterarse, su papá no podía enterarse.
—Yo... No me siento muy bien - Hablo entre susurros.
—¿Hm? ¿Te duele algo? - Hajime se acercó lentamente a él, tocando sus mejillas y frente. —Hmm si, en efecto, tienes fiebre
Sintió náuseas, se alejo bruscamente del toqué de su padre, al parecer él no le dio importancia pues se giro un poco y fue hacia su cama para acomodar las almohadas.
—Quedate en casa hoy, le dire a Maya que te cuide
No dijo nada, solo tomó asiento en su cama y sintió; su padre se acercó y le dio un beso en la cabeza en forma de despedida.
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Se despidió de su hermano en el pasillo, tomando otro camino para llegar a su aula. Iba distraído pensando en como hacer que sus hermanos se hablaran, que por no prestar atención terminó estrellado en la espalda de un desconocido.
