16. Farewell

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Capítulo 16

Farewell


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―Dobla ligeramente las rodillas para que puedas distribuir mejor tu peso – le dice Edmund a Lucy, a lo que ella obedece inmediatamente―. Ahora atácame.

Edmund se ha encargado de entrenar a Lucy con el manejo de la espada, logrando que la menor de las Pevensie maneje el arma de manera perfecta. Aun no lograba vencer a Edmund, Peter y Evangeline en combate, pero su evolución era notable y ya se había convertido en una de las mejores guerreras.

Susan también le había enseñado a usar el arco y la flecha. Aunque Susan era considerada la mejor arquera de toda Narnia, Lucy había dominado el arma a la perfección.

Todos estaban orgullosos de ella. No solo era la más optimista, curiosa y pura del grupo, sino que había crecido para convertirse en una reina compasiva, aventurera y a pesar de ser la más joven, siempre mostraba una valentía excepcional.

Cuando Lucy pidió ser entrenada al igual que el resto de sus hermanos, Edmund fue el primero en apoyarla. Al principio Peter y Susan no estaban convencidos de la idea, seguían viendo a la hermana pequeña inocente y pura que había que proteger.

En cambio, aunque Edmund había desarrollado un fuerte instinto protector hacia su hermana menor, también veía el coraje y la determinación en su hermana pequeña. Así que indiscutiblemente, cada semana se reunían y entrenaban juntos.

―¿No está siendo muy duro con ella? ―le preguntó Susan a Evangeline. Ambas habían estado entrenando juntas y ahora se encontraban observando a Edmund y Lucy.

―Claro que no ―dijo Evangeline viendo a Lucy caer duramente al suelo―. En una batalla real el enemigo no dudará en matarla a la primera oportunidad y Edmund conoce muy bien las capacidades de Lucy, sabe que puede con un entrenamiento.

Los observaron durante algunos minutos más, hasta que Edmund decidió que ya había sido demasiado y que era buen momento para un descanso. Además, recordaba que aquella tarde llegaría el príncipe Rabadash.

Durante los últimos meses el príncipe de Calormen se había mostrado especialmente amable, en especial con la reina Susan. Peter, Edmund y Evangeline se mostraban desconfiados hacia el príncipe, pero Susan insistía en que hasta ahora no había mostrado señales de ser una mala persona.

Aquella tarde, cuando el príncipe Rabadash llegó acompañado de su guardia personal, los cuatro reyes y la princesa lo recibieron con sonrisas y amabilidad. Durante los días siguientes se realizaron duelos, celebraciones y combates en su honor y en todo momento, el príncipe demostró amabilidad y educación ante los narnianos, siendo especialmente atento con la reina Susan.

ECO DE HIELO | Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora