El corazón de Evangeline permanece congelado, lo que la convierte en la fiel sirviente de la Bruja Blanca, conocida por ser fría, despiadada y cruel.
Dos Hijos de Adán y dos Hijas de Eva llegan a Narnia y por primera vez en dos años el corazón de Ev...
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Llevaban días peleados.
Que Edmund y Evangeline discutieran era algo normal para todos, pero era la primera vez que pasaban tanto sin que lo resolvieran.
Todos sabían que ellos eran un equipo, no podían pasar mucho tiempo sin el otro. Ahora cada vez que se topaban comenzaban a discutir.
Al principio Lucy, Susan y Peter lo encontraban molesto, porque de alguna forma los terminaban envolviendo a ellos, pero últimamente Lucy y Susan comenzaban a preocuparse. No era normal que se hubiera formado tanta distancia entre los dos jóvenes de ahora dieciséis años.
―¡Tú me pediste la sal y yo te la entregué! ¿Cuál es el maldito problema? ―gruñó Edmund.
―¡Tú eres mi problema! ―gritó ella.
La discusión solo siguió escalando más y más, bajo la atenta mirada del resto de los Pevensie, que comenzaban a acostumbrarse a que todas sus comidas fueran así.
Un día era por la sal, otro porque uno masticaba demasiado fuerte, al siguiente porque no les gustaba la elección de comida del otro. No importaba que fuera, encontraban alguna forma de estar en desacuerdo con algo.
―¡Estoy cansado de que hagas todo tan complicado!
―¡Y yo estoy cansada de tu actitud de mierda! ―Susan contuvo las ganas de corregir la mala palabra proveniente de la boca de Evangeline.
Tras compartir otro par de gritos, ambos dieron media vuelta y salieron del enorme comedor dando grandes zancadas, dejando a Lucy, Susan y Peter en completo silencio.
―No sé cuánto más aguantemos esta situación ―dijo Lucy soltando un suspiro de pesades.
―¿Ya lo ves? Esto ya ha durado demasiado, no es normal ―le dijo Susan a su hermano mayor, que lucía pensativo.
―Creo que tienen razón, hermanas. Hay que hacer algo antes de que se maten el uno al otro ―dijo Peter mirando a las reinas.
Todos ellos querían a Evangeline como si fuera su hermana, pero eran conscientes de que la relación entre ella y Edmund era mucho más íntima que con ellos. Habían compartido un trauma y dentro de todo lo que habían visto y vivido bajo la custodia de la Bruja Blanca, se habían encontrado el uno al otro.
Se convirtieron en el refugio y en el lugar seguro del otro, a donde iba Edmund iba Evangeline y a donde iba Evangeline iba Edmund.
―Ni siquiera sabemos cómo empezó todo ―se quejó Lucy, lo cual era verdad.
