35. The Lone Island

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Capítulo 35

The Lone Island


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❄️❄️❄️


Edmund pensó que tener un duelo amistoso con Caspian sería una buena idea y de alguna forma lo fue.

Mientras tenía la espada en la mano y luchaba contra Caspian, por un momento los problemas desaparecieron. Se sintió como cuando en antaño él y Peter entrenaban juntos para los duelos que se celebraban en Cair Paravel. Evangeline siempre se les unía, al igual que Lucy años después. Susan las regañaba, pero en el fondo también disfrutaba esos momentos.

Caspian apenas alcanzó a esquivar uno de los ataques de Edmund y un brillo divertido apareció en sus ojos oscuros, mientras esperaba a que Caspian contraatacara. Cuando eso ocurrió, Edmund bloqueó el golpe con facilidad.

Siguieron así por algunos minutos. El choque de espadas resonaba acompañado de los gritos de los marineros que los rodeaban. Finalmente, ambos quedaron frente a frente, con la espada del otro contra el cuello. Oficialmente era un empate.

―Eres más fuerte, mi amigo ―le dijo Caspian, con los aplausos sonando a su alrededor.

―Tal vez un poco ―respondió Edmund. La verdad es que se sentía orgulloso de haber dado una buena pelea después de haber pasado tres años sin ningún tipo de entrenamiento.

―¡Eso es todo, de vuelta al trabajo! ―gritó Drinian, haciendo que los soldados comenzaran a esparcirse por el barco.

Caspian se alejó y al girarse, Edmund casi esperaba encontrarse frente a frente con Evangeline. Normalmente, luego de un duelo lo habría molestado y le habría dicho algo como "Yo lo hubiera vencido en menos tiempo" o "¿Y así te consideran el mejor espadachín de Narnia?". Pero ella no estaba ahí.

Edmund suspiró, sintiendo el vacío y la decepción apoderándose de él.

Vio a Lucy sentada en uno de los costados del navío, así que se acercó a ella intentando fingir que todo estaba bien. En el camino un soldado le ofreció un vaso con vino, que él aceptó gustoso mientras se acercaba a su hermana.

―Edmunds, ¿tú crees que si navegamos hacia el fin de la tierra solo... caeremos por la orilla? ―preguntó Lucy.

―Tranquila, Lu. Falta mucho para llegar ―respondió Edmund.

―Así que los dos siguen diciendo tonterías ―dijo Eustace saliendo de la escotilla y acercándose a ellos mientras se sacudía la ropa.

―¿Ya te sientes mejor? ―preguntó Lucy preocupada, mientras que Edmund se sintió más bien fastidiado.

ECO DE HIELO | Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora