2. New Feeling

2.4K 250 3
                                    

Capítulo 2

New Feeling


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


❄️


Tres nuevos traidores habían sido petrificados aquella mañana y durante todo el proceso Evangeline solo había sentido nauseas.

Nunca le había ocurrido algo así.

Ella sabe que la reina hace bien en castigar a quienes la desobedecen, es la reina al fin y al cabo. El pueblo está obligado a servirle y obedecer.

Evangeline nunca se había molestado en llevar la cuenta de cuantos traidores había llevado ella misma ante Su Majestad. Desde tigres a grifos, faunos y enanos. Incluso algos centauros, los más difíciles de atrapar. Todo el mundo sabe que los centauros son excelentes soldados y ella se siente orgullosa de decir que había logrado vencer a algunos con sus propias manos.

Sin embargo, esta vez se siente diferente.

Al cerrar los ojos aun podía ver la mirada aterrada del enano, del guepardo y del fauno. No solo aterrados por la reina, sino que también por ella. Por alguna razón aquello no se había sentido bien. ¿Por qué habían sido arrestados en primer lugar? No lo sabía, era algo que normalmente no se cuestionaba. Si la reina lo ordenaba ella solo obedecía sin pensar.

Pensar en el fauno petrificado la hizo recordar a Tumnus. La reina había ordenado que no se le diera comida ni agua con la intensión de torturarlo para lograr que abriera la boca sobre todo lo que había hablado con el humano.

No sabía de dónde venía el impulso, pero pensó en que seguramente el fauno estaría hambriento y antes de siquiera darse cuenta iba camino al calabozo con pan oculto entre sus ropas.

Cuando el guardia la vio ni siquiera dudo en dejarla pasar, es la soldado más confiable de la reina. Nadie dudaría de ella.

Cuando estuvo frente a la celda dudó un momento, pero finalmente entró. El fauno se encontraba hecho un ovillo en una esquina, abrazándose a sí mismo. No levantó la mirada incluso cuando la escuchó entrar.

―Si fuera la reina ya te habrían cortado una extremidad por no mostrar respeto ante su entrada ― dijo Evangeline, pero ni así el fauno levanto la mirada ni abrió la boca ―. ¿Tienes hambre?

Se sintió estúpida en cuanto la pregunta salió de su boca. Aun sin saber por qué estaba haciendo eso, sacó el pan de entre sus ropas y se acercó aún más al fauno para entregárselo. Él levantó levemente la mirada, pero no recibió el pan.

Evangeline, cansada de aquella actitud, lo dejó caer junto a él y se alejó algunos pasos.

―Sería muy fácil para ti salir de esto, solo debes decirle a la reina lo que ocurrió con el humano y todo acabaría.

ECO DE HIELO | Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora