32. It's over

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Capítulo 32

It's over


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❄️❄️❄️


Todo a su alrededor era un caos. Luchaban juntos, avanzando y derribando a todo telmarino que se les cruzara. El sonido de las espadas chocando y los gritos de guerra resonaban en el aire.

Evangeline se movía con una gracia mortal y sus espadas parecían danzar en sus manos mientras desarmaba y atacaba a sus enemigos con precisión. Edmund, a tan solo un par de metros de ella, luchaba con la misma determinación. Había tomado una espada de un telmarino caído y, al igual que Evangeline, luchaba con una espada en cada mano, con movimientos rápidos y decididos.

Peter, Susan y Caspian no estaban muy lejos de ellos, cada uno inmerso en su propia batalla.

Llegó un momento en el que a su alrededor quedaban muy pocos soldados narnianos, mientras que los telmarinos seguían avanzando. Edmund y Evangeline parecieron notarlo al mismo tiempo y se miraron el uno al otro. El agotamiento comenzaba a hacerse evidente, pero no podían darse el lujo de ceder.

Ambos levantaron sus espadas nuevamente, peleando espalda con espalda contra los telmarinos que se lanzaban contra ellos. Eran demasiados, incluso para lo hábiles que eran.

Al mismo tiempo que Edmund lograba frenar un ataque por su costado, del lado contrario Evangeline era atacada por tres telmarinos, logrando frenar solo a dos. El tercero logró derribarla y alzó su espada para atacarla. Edmund se lanzó sobre el soldado y lo mató de un solo golpe, con su expresión llena de rabia.

―¿Estás bien? ―preguntó con la voz tensa, a lo que Evie asintió aun algo sorprendida, poniéndose de pie y recogiendo sus espadas.

Estuvo a punto de agradecerle en voz alta, pero un movimiento tras Edmund la distrajo.

―¡Cuidado! ―gritó, haciendo que Edmund reaccionara justo a tiempo para agacharse antes de que un telmarino lo atacara desde atrás.

Él se preparó para enfrentarse a aquel soldado, pero algo fue más rápido que él. Lo que parecía ser una raíz emergió del suelo, envolviendo los pies del telmarino y lanzándolo por los aires. Evangeline y Edmund se quedaron inmóviles por la sorpresa.

A su alrededor, los telmarinos comenzaron a huir, mientras los árboles comenzaban a marchar contra ellos cobrando vida. Era todo un espectáculo ver como los árboles, que se habían mantenido dormidos durante siglos, se levantaban tan poderosos como en los tiempos de antaño.

―Lucy lo logró ―murmuró Evie con una sonrisa. Ella y Edmund compartieron una mirada, con una chisma de emoción y alivio.

Cuando uno de los árboles fue derribado por una catapulta, las raíces de los demás se movieron con rapidez bajo la tierra, avanzando contra los telmarinos hasta llegar a las catapultas y destruirlas. El grito de los narnianos resonó con fuerza, llenos de esperanza.

ECO DE HIELO | Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora