37. You & I

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Capítulo 37

You & I


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Caspian declaró a Lord Bern como nuevo gobernador de las Islas Solitarias, dejándolo a cargo de gobernar sobre el territorio bajo los dominios de Narnia. Según lo que él y Edmund explicaron, lo encontraron encerrado en las celdas. Ahí el hombre les explicó un poco sobre la venta de esclavos y los sacrificios a la niebla.

Inmediatamente Caspian envió un cuervo a Narnia, con las ordenes de enviar un navío de soldados que ayuden a poner orden en las islas y para iniciar el proceso de búsqueda de las personas vendidas como esclavas.

La ciudad era libre y todo el mundo celebró hasta altas horas de la noche.

Evangeline y Edmund no se separaron el uno del otro. Fueron parte de la celebración, pero también pasaron su tiempo a solas caminando por la ciudad, observando las hogueras y escuchando las risas y cantos que la llenaban.

Evie le contó sobre aquellos tres años como reina, le habló de la reconstrucción de Cair Paravel y del manejo que ella y Caspian tuvieron sobre el reino. Edmund le habló de Inglaterra, de como él y Lucy se habían separado de Peter y Susan y de que ahora se encontraba viviendo con su primo Eustace, quien desgraciadamente había acabado ahí con ellos.

―Si él está aquí debe haber una razón, nada pasa por casualidad ―dijo Evangeline, quien solo había logrado ver a Eustace a la distancia.

El niño rubio parecía reacio a entablar conversación con cualquier persona. Solo estaba sentado en un rincón cruzado de brazos y manteniéndose enfurruñado. Solo se había movido para comer y luego había vuelto a su posición.

―Espero que sea una buena razón, ya no lo aguanto ―respondió Edmund, pasándose una mano por el cabello con frustración.

Evangeline sonrió y se acercó a abrazarlo. Aquello fue suficiente para que Edmund se relajara por completo.

Al día siguiente, muy temprano, cargaron al Viajero del Alba con provisiones hasta su máxima capacidad. Evangeline observaba como los marineros trabajaban sin descanso, yendo y viniendo con más y más provisiones.

Luego de un par de minutos se dio cuenta de que no era la única observándolos.

Se acercó en silencio hasta que quedó de pie junto a Alaric. Él notó su presencia de inmediato, pero tardó un par de segundos en girarse a observarla.

―Veo que por fin te diste un baño, ya apestabas ―dijo él, haciendo que Evie soltara una leve risa.

―Descubrir que soy reina de Narnia no ha hecho que tu insolencia disminuya ―dijo Evangeline mirando al chico.

ECO DE HIELO | Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora