41. Under the Stars

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Capítulo 41

Under the Stars


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❄️❄️❄️


Caminaron en silencio de vuelta a los botes. Evangeline se había quedado al final del grupo, demasiado concentrada en sus pensamientos para prestar atención a los demás.

Alaric aligeró el paso para ir junto a ella. Claramente se veía desanimada y quizá ni la misma Evangeline lo notaba, pero sus ojos estaban fijos en Edmund, que caminaba en frente junto a Lucy.

Caminó a su lado en silencio por un momento, sin estar seguro de qué decir. Era la primera vez que la veía tan perdida en sus pensamientos y eso lo preocupaba.

―Hey, ¿todo bien? ―preguntó llamando su atención. Era obvio que no estaba todo bien, pero parecía que ella ni siquiera había notado su presencia a su lado, tenía que llamar su atención de alguna forma.

Evie levantó la mirada hacia él y se obligó a mostrar una sonrisa, pero era tan falsa que ella misma sabía que no convencería a nadie.

―Todo bien.

―Ahora repítelo hasta que tú te lo creas ―dijo Alaric con una media sonrisa―. No creo que él este enfadado contigo.

Evangeline suspiró y miró nuevamente en dirección a Edmund. Él estaba enfrascado en una conversación con Lucy, sin volverse ni una sola vez.

―No lo sé, Alaric. Siento que... siento que lo lastimé ―murmuró Evangeline mirando nuevamente a Alaric―. Ni siquiera logro entender lo que él está sintiendo.

Era verdad. A pesar de que podía sentir lo que Edmund sentía, las sensaciones ahora eran demasiado confusas. Las emociones de Edmund siempre habían sido claras y familiares, pero ahora parecían envueltas en una neblina de confusión y dolor.

―Puede que ni él mismo entienda lo que siente. Pero estoy seguro de que esto no afectará lo que ustedes tienen, es especial ―dijo Alaric con suavidad.

Ella se permitió una pequeña sonrisa, agradecida. Probablemente Alaric tenía razón y Edmund necesitaba tiempo. Él sabía cuánto ella lo amaba, ¿verdad?

―En cuanto a Caspian...

―No estoy enfadada con él ―dijo Evangeline―. Sé que todo lo que dijo fue bajo los efectos de la niebla. Coriakin nos advirtió que seríamos tentados y... estuvimos a punto de caer.

Conversaron hasta llegar a los botes. Los soldados estaban subiendo las provisiones encontradas a los botes, lo que no era mucho.

―¿Qué había de comer? ―preguntó Caspian.

ECO DE HIELO | Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora