El corazón de Evangeline permanece congelado, lo que la convierte en la fiel sirviente de la Bruja Blanca, conocida por ser fría, despiadada y cruel.
Dos Hijos de Adán y dos Hijas de Eva llegan a Narnia y por primera vez en dos años el corazón de Ev...
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Susan y Peter Pevensie cayeron de espaldas sobre la suave nieve, sin poder creer lo que estaba pasando.
Hace tan solo un par de días su hermana menor Lucy les había dicho que había llegado a una tierra mágica llamada Narnia a través del ropero, pero ellos pensaron que no eran más que juegos infantiles, en especial luego de que Edmund hubiera negado haber estado ahí como había dicho Lucy. Pero ahí estaban.
No había lugar a su alrededor que no fuera tocado por la nieve. Era una imagen hermosa y aunque estaban algo temerosos, también estaban emocionados.
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Evangeline no estaba segura de cuánto tiempo había pasado. Los calabozos del castillo eran oscuros, ahí no alcanzaba a llegar la luz natural, así que era difícil distinguir cuando salía y se escondía el sol.
Al menos el señor Tumnus se encontraba en la celda continua a la suya, así que en ocasiones hablaban para hacer los días más cortos mientras esperaban a lo inevitable. Tarde o temprano la reina iría por ellos y ese sería el fin para ambos.
Al menos podían entretenerse el uno al otro.
El señor Tumnus le había contado que su padre había luchado contra el ejército de la Bruja Blanca cuando ella conquistó Narnia por primera vez, pero que a él le daba demasiado miedo enfrentarse a ella así que se había limitado a mantenerse al margen y a obedecer las órdenes que ella impartía... hasta ahora.
Evangeline, por otro lado, no tenía mucho que contar. Durante los últimos dos años se había dedicado a servir a la reina, cada día igual al anterior. No tenía recuerdos antes de eso y hasta ahora jamás se lo había cuestionado.
¿De dónde venía? ¿Cuántos años tenía? ¿Tenía una vida antes de eso?
El señor Tumnus se compadecía de ella. Se había ganado el odio de todo Narnia por algo que ni siquiera era su culpa, no era más que una niña. Al menos no se veía mucho mayor que Lucy Pevensie, la hija de Eva que intentó traicionar pocos días atrás, pero que no pudo.
―Hay rumores que dicen que eras una humana que entró a Narnia y como castigo por eso, la bruja te hechizó y te convirtió en su fiel sirviente ― le dijo el señor Tumnus.
―Bueno, no es tan descabellado. Ella dijo que no podía matarme a menos que me ofreciera en sacrificio. Como no puede matarme se aseguró de que le fuera útil ― dijo Evangeline recordando las palabras de Jadis el día que la encerró ahí ―. Si solo pudiera salir de aquí, al menos podría ir en busca de respuestas.
―¿Y a dónde?
Evangeline estuvo a punto de contestar, pero soltó un jadeo al sentir un suave palpitar en su pecho.
Sentía como su cuerpo poco a poco se llenaba de calor con lentitud. Esta vez la sensación era aún más intensa que en las ocasiones anteriores, pero algo dentro de ella aún se sentía encapsulada en una burbuja de hielo.
Al igual que las dos veces anteriores, el latido se sintió lento y tenue al principio, llenándola de confusión y ansiedad ante la sensación tan poco común para ella. Pero esta vez, en lugar de asustarse, abrazó la nueva sensación como a una vieja amiga.
―¿Evangeline? ¿Estas bien? ― escuchó preguntar al señor Tumnus, a lo que ella asintió sabiendo que podía verla a través de la pequeña ventanilla que había en el muro que separaba sus celdas.
―Creo que nunca había estado mejor.
Lo único que esperaba, era que esta vez el palpitar de su corazón no se detuviera.
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Evangeline le había explicado al señor Tumnus lo que le había ocurrido y que esta era la tercera vez.
La primera vez ocurrió una tarde luego de apresar a un tejón. Por suerte, se encontraba sola y nadie encontró nada raro. La segunda vez fue días atrás mientras entrenaba, justo antes de ir por el señor Tumnus.
Y esta era la tercera.
―Un momento ¿Cuándo fue la primera vez? ― preguntó el señor Tumnus encontrando cierta conexión en lo que le había ocurrido.
―No lo sé, hace un par de días. Quizá cinco días antes de ir a buscarte.
―¿Y cuando me apresaron fue la segunda vez?
―Si, justo antes de eso.
El señor Tumnus se quedó en silencio durante algunos segundos, lo que comenzaba a poner nerviosa a Evangeline.
―¿Por qué lo preguntas?
―Porque ocurrió los mismos días que yo vi a Lucy Pevensie.
―¿Quién es Lucy Pevensie?
―La hija de Eva.
―¿La humana que dejaste escapar?
―Si, ella. Las dos veces que sentiste tu corazón latir ella estaba en Narnia y por lo que dices, tu corazón volvió a congelarse cuando ella se fue.
―¿Crees que ambas cosas estén conectadas? ― Evangeline lo pensó por un momento ― Si tienes razón en esto, eso significaría que Lucy Pevensie está en Narnia en este momento.
