Capítulo 9.

78 11 1
                                    

En el pueblo de cerezo, la presencia de ____ quien la conocía apenas, siempre rebozo como una extraña que no pertenecía en un lugar tan humilde y por lo que las señoritas de alrededor no copiaba las mismas conductas con los quehaceres del hogar o cumpliendo tareas fuera del pueblo, ella siempre actuaba con una actitud superior, desobedecía cuando podía a su padre y en su mente siempre viajaban ideas que pudieran ayudar monetariamente su familia.

La primera había sido el tinte de rosas, un éxito colosal hasta ser las otras mujeres mayores quienes unían aquello como brujería. Seguido del jabón perfumado, como una ofensa a la higiene de los demás y por último su venta de madera de álamo.

Esta siguiente venta estaba segura que estaba en el mismo nivel para sus clientes, entre ellos los trabajadores del palacio, en su mayoría humanos y un par de vampiros, cada uno llenando pequeñas bolsas de dinero para la gran oferta.

− ¡Acérquense señoritas! ¡El día de hoy tengo todo tipo de cosas! −Anuncia recibiendo su primera paga− ¡Compren cuanto quieran, todo está al gusto de todas!

La sala principal que se encontraba inmersa de compras, poco a poco se estaba vaciando, saliendo cada humano y vampiro que se encargaba de ocupar de nuevo su lugar, eso hizo sospechar a los dos humanos, viendo a cada uno de ellos con prendas y otros objetos que suelen ser de las tiendas elegantes.

Para cuando van hacia la sala principal, ven a la de cabellos dorados en una mesa baja apilando billetes y varias monedas con las que juega haciendo montañas, ella contengo intentando entender la frase de su madre, que el dinero hace la felicidad, rápidamente recibe una mala mirada de Jin y Jimin.

−Oh, hola. Por sus caras, parece que no vienen a comprarme algo... ¿Vienen a ayudarme a cobrar el dinero?

La paciencia de Jin siempre tenía un límite, como Jimin quien es el que hace ver a la menor la terrible acción que hizo por poner en venta los regalos del vampiro menor, eran rápido los chismes en los pasillos para que Yoongi llegara a escuchar la acción de su lazo, optando por encerrarse a su alcoba hasta recibir el llamado.

Dando la orden para que pase, era Jin acompañada de la humana, que cuando entrar, rápidamente ___ se esconde detrás de Jin.

−Primero te fugas, destruyes toda tu alcoba con el resto de mis regalos, y ahora nuevamente haces con ello una venta en este palacio.

− ¿De qué te enfadas? Si es por el dinero, te daré la mitad. Recupere lo invertido. ¿Está mal que sea autosuficiente?

− ¡No se trata del dinero! Sino de las intenciones por las que te las di. −Señala Yoongi tal error y se dirige a Jin− Esta bien, tú ganas. Puedes llevártela, edúcala junto las demás esposas, por un momento aguarde con la idea que seguía teniendo un apego conmigo, pero ahora veo ninguno.

−Esta bien, ___. Tendrás que venir conmigo a la torre alta, serás educada por mí.

− ¿Cómo? Pero yo ya he ido a la escuela, no necesito ser educada por alguien más.

Tenia un mal recuerdo de la escuela, las tundas inmorales de los profesores y las burlas ajenas de otras señoritas, era un claro martirio que decidía no experimentar de nuevo.

−Vamos, iremos ahora.

−No quiero, no puedes obligarme.

Jin quien intenta captar su mano, ella rápidamente la esquiva dándose prisa y sin darse cuenta chocando con el pálido vampiro, cuando siente la cercanía de Jin aquella abraza a Yoongi soltando un grito agudo.

− ¡No quiero! ¿Por qué me castigas así?

−No es tan malo, entiende.

− ¡No! Ya voy a portarme bien, perdóname.

Álamo [🌹] Yoongi y tú. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora