Capítulo 10.

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Para cuando llega el limite de la limpieza de la alcoba, ___ limpiaba su frente sabiendo que solamente falta que reparen los ventanales, viendo orgullosa como se había formado nuevamente su alcoba con algunas de las compras que decidió conservar, la había personalizado a su gusto, en telas vistosamente suaves, en muebles no tan ostentosos que pudiera alcanzar a su edad y su guardarropa ahora lleno de bonitos vestidos elegidos para cada ocasión.

Cuando va a dejar los artículos de limpieza, en la primera planta en uno de los almacenes, es cuando nota la presencia del joven vampiro. Ahn Hwasa la primera esposa de los hermanos, el lazo del vampiro Jung Hoseok, ___ no conocía por completo el hermano mayor, pero sentía curiosidad por su esposa y las circunstancias que la hizo quedarse en ese palacio y emparejarse con aquel vampiro.

−Lo lamento señorita Hwasa, el joven Jung no ha vuelto aún. −Habla con una de las sirvientes, quien ofrece− Si usted desea podemos encontrar un nuevo bordado, quizás un paseo en los jardines.

Entristecida la de piel canela niega, teniendo que caminar por su cuenta sin ninguna compañía de por medio.

Es cuando ___ pone manos en la obra, sabiendo que, si quería ser una mujer de clase alta, tenia que copiar los mismos movimientos. Siguiendo a la chica que se mueve con delicadeza a su rutina de siempre, caminando y moviéndose en su planta del castillo, con timidez e incluso escondiéndose Hwasa en los pilares, para después ir al jardín y darse cuenta que era seguida por el ruido de pisadas.

−U-Uhm, quiero a Hobi. −Musita ella asustada al sentir el peligro eminente– Lo extraño...

___, no hacia nada malo solo prestaba atención desde una distancia aun cuando Hwasa voltea a verla para confirmar ___ disimula cortando algunas rosas, tomando aquello como oportunidad Hwasa sale disparada por lo que ___ le sigue el paso, Hwasa llega a correr dentro del palacio, con lagrimas de temor en sus ojos buscando ayuda en la cocina, pero para su mala suerte no se encontraba Jin, ni si quiera Jimin.

La de cabello ondulado sabia por los rumores de los sirvientes humanos, que el lazo de Min Yoongi era una chica rebelde, tan peligrosa que le advirtió Hoseok de su compañía, por lo que le asusto cuando se enteró también que había golpeado uno de los hermanos de su esposo.

Pero es que cuando la vio por primera vez vio a una princesita seria, una muy hermosa con color en su rostro, por lo que fuera de temor, sentía intimidación, llegando a pensar que los años por la era actuar la hacia sentir fea, inclusive frente su Hoseok, quien pronunciaba con esperanza la esposa de su hermano Yoongi.

−Si buscas a Jin o a Jimin, no se encuentran aquí. −Habla al fin ___, viendo a su alrededor después a la chica− Ah. ¿Tienes hambre? ¿Es por eso que los buscabas?

Hwasa deja de dar la espalda, para ver frente a ella la bella chica de rizos dorados, en la ansiedad de la mayor era cualquiera que pudiera detestar de nuevo su imagen, se sentía mal ahora por no estar a la altura de una bella señorita, por lo que las lágrimas botaron poniendo a ___ alterada por la reacción.

−P-Por eso Hoseok se fue, porque ya no va a regresar −Solloza ella de la desesperación−. Porque ya no me quiere... ¡Fue a buscar a otra mujer más bonita!

En la epifanía que se encuentra ___, en otro lado del palacio Yoongi da una visita a la alcoba de su lazo, sin encontrar señal de ellas nuevamente en su planta del palacio, aun viendo a varios sirvientes no la encuentra con Jin, ni si quiera en el jardín en compañía de Jimin, ante su alteración nuevamente de intentar huir, ambos se enmarcan a buscarla, siendo una sirvienta que logro a ver a la señorita ___, siguiendo con determinación a la pobre señorita Hwasa, en la cocina.

Pensando en lo peor, los tres corren en la cocina hasta llegar a escuchar en el umbral de la puerta los llantos de Hwasa.

Con ello, ___ nerviosa reconformando a la morena que hace que tome asiento en un banquito, limpiando con su pañuelo las lágrimas de sus ojos.

Álamo [🌹] Yoongi y tú. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora