Capítulo 25

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25

Faye apenas me vio a los ojos durante toda la ceremonia, incluso mientras caminaba por el pasillo, mantuvo la mirada baja como si la únicaforma en que pudiera superar nuestros votos fuera disociándose

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Faye apenas me vio a los ojos durante toda la ceremonia, incluso mientras caminaba por el pasillo, mantuvo la mirada baja como si la única
forma en que pudiera superar nuestros votos fuera disociándose. Pensé que las cosas entre nosotros habían sido tan buenas como podían ser
dadas las circunstancias, pero tal vez yo fui el único que se sintió así.

Incluso besarla una vez que nos declararon marido y mujer se sintió mal, si es que ese breve roce de mis labios contra los suyos puede contarse como un beso. Ojalá se hubiera apoyado en mí como lo hizo hace dos semanas, en nuestra casa. Ojalá me hubiera devuelto el beso, para que al menos una parte de nuestra ceremonia de boda se hubiera sentido real.

―¿Estás bien? ―murmuro mientras nos movemos por la habitación, relacionándonos como se espera de nosotros. El lugar está repleto de políticos ansiosos por nuestras donaciones, socios comerciales que trabajan con las subsidiarias de Jeon Enterprises e innumerables conocidos que desean tener la oportunidad de acercarse a nosotros o a otras personas que asistirán hoy. Es desagradable.

―Estoy bien ―me dice, finalmente mirándome. Tiene la misma expresión cerrada que siempre he odiado, con una sonrisa cortés en su rostro. Mi esposa me ve como si fuera un extraño, como si pudiera ser cualquiera. Debería aplaudirle por su aplomo y sofisticación, pero en vez de eso, me encuentro con ganas de provocarla, quiero que arda por mí.

Mi mano se envuelve alrededor de su cintura y la atraigo hacia mí, mis movimientos son más bruscos de lo que pretendía. Faye jadea cuando me inclino hacia ella lo mejor que puedo, e incluso con los tacones altos que lleva puestos, su oreja todavía está un poco fuera de mi alcance.

―Lo dije en serio. La nota. ―Mi voz es suave, calmada, tranquilizadora.

Me ve a los ojos, y su expresión finalmente se quiebra, y un solo rayo de esperanza brilla a través de ella, pero no es suficiente para mí.

―Cero días ―murmuro, y me ve, cautivada. Observo cómo sus bonitos y pequeños labios se separan y mi polla se agita instantáneamente.
—Te ves jodidamente impresionante hoy, Faye. Me tienes jodidamente hechizado, ¿lo sabías?

Sus mejillas se sonrojan hermosamente, y me emociona como nada más lo ha hecho. Ella no tiene idea de lo que me hace.

―Faye.

Todo su cuerpo se tensa, y así, esa máscara de porcelana que odio con tanto fervor vuelve a su lugar, todos mis esfuerzos se deshacen. Faye sale de mi abrazo y endereza la columna, con una sonrisa cortés en su rostro cuando se gira hacia nuestro intruso no deseado.

―Goo Won ―dice, con voz baja. La estudio cuidadosamente, y mi corazón se acelera mientras trato de determinar cómo se siente. Si no me equivoco, hoy es la primera vez que lo ve desde que terminaron, y aunque hay un brillo de dolor en sus ojos, mantiene su expresión perfectamente relajada.

UN MATRIMONIO NO DESEADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora