Capítulo 66

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Nam Joon  y yo paseamos por la misma playa de Hawái donde compartimos muchas de nuestras primeras experiencias, y no puedo evitar sonreír por la forma en que hemos cerrado el círculo

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Nam Joon y yo paseamos por la misma playa de Hawái donde compartimos muchas de nuestras primeras experiencias, y no puedo evitar sonreír por la forma en que hemos cerrado el círculo. Él sostiene mi mano en la suya, su agarre es fuerte, como si nunca quisiera soltarla.

―Faye ―murmura, deteniéndose en la playa privada desierta. Me giro hacia él y levanto una ceja cuando lo encuentro mirándome con clara preocupación en sus ojos. Suelta mi mano y da un paso atrás, y luego sonríe mientras se arrodilla.

Mis labios se abren con sorpresa, y él se ríe mientras saca una caja de anillo negra de su bolsillo.

―He estado cargando con esto durante semanas, incapaz de averiguar cuál sería el lugar o el momento adecuado para hacerte una de las
preguntas más importantes que saldrán de mis labios. Pensé en preguntarte en cualquiera de los innumerables lugares de tu lista de deseos, o incluso en la casa que construimos juntos a pesar de todas las probabilidades, pero al final, aquí mismo me pareció el más apropiado. Aquí, en el lugar donde te besé por primera vez, cuando me di cuenta de que quería casarme contigo, no porque tuviera que hacerlo, sino porque quería tus sonrisas y tu tiempo, y la forma en que tus ojos brillan cuando te doy cuerda.

Abre la caja para revelar un impresionante anillo de compromiso que obviamente es una pieza de Laurier hecha a medida.

Abre la caja para revelar un impresionante anillo de compromiso que obviamente es una pieza de Laurier hecha a medida

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―Este era de mi mamá ―dice, con la voz entrecortada por un segundo.
—Durante años, evité cada mención de ella, pero estar contigo quita el dolor. Me convertiste en un hombre mejor de lo que jamás hubiera esperado ser, uno del que ella estaría orgullosa. Sé que ya estamos casados, bebé, pero aún así me gustaría prometerte que seguiré trabajando duro en todo lo que hace que un matrimonio funcione. Me comunicaré cuando las palabras se alojen en mi garganta, me comprometeré cuando vaya en contra de mi propia naturaleza, y si tú me aceptas, continuaré apoyándote y estando a tu lado. No quiero nada más que ser tu compañero en todos los sentidos, mientras me aceptes. Por favor, Fay. ¿Me dejarás amarte por el resto de nuestras vidas? ¿Quieres casarte conmigo?

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