Capítulo 30

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―Te ves hermosa esta noche ―dice Nam Joon mientras el auto se detiene frente a la sala de conciertos, y sus ojos recorren mi cuerpoapreciativamente

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―Te ves hermosa esta noche ―dice Nam Joon mientras el auto se detiene frente a la sala de conciertos, y sus ojos recorren mi cuerpo
apreciativamente.
—Lamento tener que perderme tu concierto, Faye.

Trato de forzar una sonrisa, pero todo lo que logro es hacer que frunza el ceño con preocupación. Se acerca a mí y suavemente coloca mi cabello detrás de mi oreja. La forma en que me estudia es desconcertante. Él hace esto a veces, me mira como si pudiera ver todo lo que trato de ocultar con tanta fuerza, y me asusta.

―Estás nerviosa ―murmura.
—Pensé que ya estarías acostumbrada a tocar frente a una multitud, pero supongo que nunca se vuelve más fácil. Piensa en lo que te dije, Faye. Si sientes que necesitas un descanso, tómate uno.

Asiento distraídamente, incapaz de decirle la verdad. ¿Cómo le explico que no es la interpretación a lo que le temo, sino a mi papá? Solo ha pasado una semana desde nuestra boda, pero en ese tiempo comencé a sentirme como en mi hogar en la casa de Nam Joon. Durante unos días me sentí segura y cómoda, y la idea de volver a la realidad que me espera es aterradora.

Nam Joon me ha tratado con tanta amabilidad y cuidado que fue fácil olvidarme de todo menos de él. Hemos caído en una especie de rutina. Yo paso mis días de la misma manera que antes, concentrándome principalmente en la práctica del piano, mientras que el tiempo que solía pasar preparándome para la boda ahora lo dedico a las organizaciones benéficas y fundaciones. Nam Joon me ha ofrecido mucha más ayuda de la que esperaba. Pensé que me ignoraría en su mayor parte como lo hizo en los años previos a nuestro matrimonio, pero fue increíblemente atento.

Volvió a trabajar el lunes después de nuestra boda, pero llegó a casa para cenar todas las noches, tomándose su tiempo para conversar
conmigo y preguntarme sobre mi día. Fue irreal cenar sin una pizca de miedo, y dudo que él tenga idea de cuánto he llegado a disfrutarlo. Lo extrañaré mientras él no esté.

―¿Estarás bien durante tu viaje? ―le pregunto con cuidado.

Me sonríe y asiente.

―Sí ―murmura.
—No te preocupes, Faye. Estaré bien, lo prometo. Si las negociaciones del trato van como espero, estaré de vuelta en dos días.

Asiento con la cabeza entendiendo. Si no consigue firmar el papeleo antes de eso, tendré que reunirme con él en Canadá para que no incumplamos los términos de su abuela.

―Será raro quedarme dormido sin ti en mis brazos ―murmura.

Miro hacia arriba bruscamente, y mi rostro se calienta.

―Creo que voy a extrañar esta boquita
sexy ―susurra, inclinándose. Sus labios rozan los míos, y me derrito en él, e instantáneamente le devuelvo el beso. No es solo durante la cena que Nam Joo  ha estado tratando de conocerme, también ha hecho todo lo posible por aprender todo sobre mi cuerpo, y lo he disfrutado más de lo que me gustaría admitir. Con cada día que pasa, me encuentro más intrigada por él. Nada de nuestro matrimonio es lo que esperaba que fuera.

UN MATRIMONIO NO DESEADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora