Capítulo 41

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En todo ese tiempo en el cual estuve siendo verificada por una enfermera, no he hecho más que desear el momento de que se fuera y me dejara sola para así poder ir con mi hombre

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En todo ese tiempo en el cual estuve siendo verificada por una enfermera, no he hecho más que desear el momento de que se fuera y me dejara sola para así poder ir con mi hombre.

No niego al decir que me estoy muriendo de ganas de ir allá para poder hacerlo llegar a él con mis manos o con cualquier otra área de mi cuerpo como él lo había hecho conmigo minutos antes. Mis ganas son tantas que mi mente y mi cuerpo no han parado de estar muy deseosos y muy ansiosos.

Y eso que había creído que la llegada de esta buena señora tan inoportuna iba a lograr que mi nivel de excitación desapareciera por completo o que comenzaría a sentirme avergonzada por lo que hice minutos antes sobre esta cama. Sin embargo, ninguna de esas dos cosas pasaron.

Justo cuando la observo cerrar la puerta de la habitación al salir, me he levantado de inmediato de la cama tomando a mi paso la bolsa del suero y luego he camino en dirección a la puerta del baño. Sonrió en cuanto giré la cerradura y me llevé la sorpresa de que no traía el seguro puesto, permitiéndome así el fácil acceso. Rápidamente entro y hasta cierro con seguro a la misma vez que lograba escuchar el sonido de la cortina del baño al abrirse.

Así que de inmediato me giró en esa dirección y...

Mierda, se me ha cortado la respiración al verlo salir de la ducha completamente desnudo y con su torso bañado en gotas de agua. Oh Dios, he comenzado a seguir el recorrido de una de las gotas y justo esa llega a desaparecer sobre su hombría. Tragó con dificultad al apreciar lo firme que se encuentra y cabe mencionar que este hecho me encanta. Justo ha provocado que se me haya hecho agua la boca y que mi intimidad palpite con fuerza.

¡Oh Dios mío, este hombre es la viva tentación en persona y su atractivo cuerpo desnudo es la perfecta invitación para uno ir a pecar!

Karim Amir Urriaga es simplemente el hombre ideal para cualquier mujer que le gusten los hombros malos y perversos. Él es simplemente perfecto si hablamos de su cuerpo y justo les confieso que él no tiene nada que envidiarle a ningún otro hombre.

Oh Dios mío, me relamió los labios sin apartar la vista de su hombría y esa acción solo provoca que alguien se sonría perverso. Al escuchar su risa dejó de hacerlo y hasta llevó mi rostro de inmediato a sus ojos ámbar que se encontraban cargados de mucho deseo.

Después sonrió de manera descarada sin moverme cuando lo observó caminar en mi dirección de manera muy cautelosa. Joder, estaba actuando igualito a un tigre hambriento cuando está apunto de cazar a su presa y pues ese hecho no me provoca nada de miedo. Si no que es todo lo contrario, ya que en estos momentos no me molestaría en lo absoluto ser la presa que se quiere saborear ese tigre salvaje.

—Tigresa, quiero verte desnudarte para mí. —declaró con su voz ronca y esa sola orden provoca que mi entrepierna palpite. —No cumplirás mi deseo, lindura. —Vuelve a hablar cuando me he quedado varios segundos estudiando su hermoso cuerpo sin articular palabra alguna y es que simplemente lucía demasiado "sexy".

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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