Capítulo 12

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Tan pronto abro mis ojos y me siento de golpe sobre la cama

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Tan pronto abro mis ojos y me siento de golpe sobre la cama. Me detuve a observar a todas las personas que en esta habitación se encontraban y frunzo mi ceño de inmediato.

¿Qué diablos hacen todos aquí?

Rápidamente me llegó el recuerdo de haber salido corriendo detrás de Karim suplicando que me dejase volver a casa y hasta de rodillas le implore. Que estúpida había sido al humillarme tanto, porque ni siquiera se inmuto de mi desesperación y mi dolor. Porque se subió a su camioneta y se fue con sus guardias dejándome sobre aquella grama caliente llorando desconsoladamente.

No recuerdo cuanto tiempo estuve sobre el suelo hasta que sentí una voz que me decía: "levante y entremos de vuelta a la casa". Cuando alzo la mirada veo a Zamira y ella me ayuda a levantarme del suelo, pero me logró soltar de sus brazos y entró a la casa furiosa rompiendo a mi paso todo lo que me encontraba en el camino. Nada se quedaba de pie y nadie se atrevía a detenerme. Claro que lo intentaron, pero yo fui más astuta que ellas y me les escabullía.

Continúe subiendo las escaleras tirando todo lo que se encontraba en pasillo hasta que llegue a la habitación de Karim entre y cierre con llave la puerta. Pase a su gavetero a arrojarle todo lo que veía, le abrí las gavetas para romperle su ropa, le he roto todos los cristales de las ventanas con sus propios perfumes que estalle contra los mismos y después fui a su armario para descolgar su ropa de salir.

Porque si no me deja volver a casa, al menos me aseguraré que viva un infierno junto a mí y así no seré la única que sufre por estar en un lugar donde no quiero estar. No pienso quedarme tan tranquila en esta casa sin hacer nada y haré todo lo que esté en mis manos para volver a mi casa. Porque prefiero eso, que ser una mujer conformista o sumisa por el resto de mis días. Quiere guerra, pues yo también aprenderé a guerrear y sin medir las consecuencias de mis actos.

"Karim te haré desear que te deshaga de mí y te haré la vida cuadritos, si no me dejas volver a casa. Te lo juro." —gritaba en voz alta, mientras seguía destruyendo todo.

Porque si a él no le importa mi dolor, porque tengo que pensar en el suyo propio y te odiaré. Como no puedo asesinarlo, porque no soy una asesina y nunca lo sería. Al menos me aseguraré que no pueda ser feliz nunca junto a mí o que se salga con la suya. Porque si yo no puedo estar con las personas que quiero estar y ser feliz como yo quiero. Él nunca será feliz y jamás me tendrá como verdaderamente quiere. Porque voy a llegar a odiarlo y me prometo que dejará de gustarme.

Cansada de romper su ropa, me arroje al suelo y miro a mi lado un pedazo de vidrio de uno de los cristales que rompí. Paso a tomarlo con mis manos para romperle la ropa que había descolgado, pero justo la puerta se abrió dejando ver a sus hermanas con su rostro aterrorizado al verme con el vidrio en mis manos. Gustavo y otro hombre mas me tomaron cada uno por una mano quitándome el pedazo de cristal por lo brusco que habían sido. Lo próximo que hicieron fue tomarme en brazo y devolverme a esta habitación.

¿O eso es mucho pedir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora