Estuve alrededor de una hora presenciando la triste escena de ver a mi mujer abrazada al cuerpo de su abuela sin haber dejado de llorar en ningún y hasta cierto punto llegué a creer que en cualquier momento su cuerpo se le quedaría sin lágrimas de tantas que había derramado.
Fue en estos momentos en dónde he conocido su lado más vulnerable junto al más terco también. Porque ha sido todo una puta odisea sacarla de esa habitación y regresarla a la suya para que Akon la pudiera revisar.
Recuerdo que cuando la intente sostener para apartarla del cuerpo de su abuela por segunda ocasión a tirado de su brazo de mala forma y se ha girado a verme con su rostro bañado en lágrimas para gritarme lo siguiente:
—Que no me toques, bestia. —gritó tirando de su brazo y suelto un gruñido, porque lo único que pretendía era abrazarla. Y no, no he podido irme de aquí al verla así y la he acompañado en silencio.
—Hey, mi amor. Tranquila, porque solo estoy intentando acunarte entre mis brazos. —le explico mi intención.
—Pues no quiero que me abraces, no quiero que me toques, no quiero que me beses y así como tampoco deseo verte ni un minuto más aquí. Porque joder, tu maldita presencia solo me hace recordar que por haberte elegido a ti y por permanecer a tu lado es que hoy mi abuela está muerta. Así que lárgate, Karim. —gritaba empujándome hacia la puerta y con sus ojos bañados en lágrimas.
—Nena, déjame permanecer a tu lado para poder brindarte mi apoyo y mi compresión. —le pido sintiéndome un poco mal por verla con sus ojos llorosos y por sentir su dolor con solo escucharla.
—Joder Karim, que te largues ya o es que acaso no me has escuchado. —gritó mucho más fuerte. Así que no protesté más me di la vuelta y salí de aquella habitación botando humo.
Sé que todo lo que me dijo fue a consecuencia de su proceso de duelo, pero aún así me han dolido cada una de sus palabras. Al igual que me ha dolido la manera tan hostil en cómo rechazó mi tacto y me ha llenado de una rabia que no sé ni cómo explicarlo.
Puta madre, debi suponerlo y debí haber llevado a más hombres para que así no se hubieran dejado neutralizar tan fácil por los de Sergio.
—¿Y qué información me tienen del puto traidor? —les preguntó furioso a Leo y a Damián, que son los que me acompañan en esta camioneta.
—Estamos detrás de una pista y muy pronto daremos con él, jefe. —me contestó Damián y sonrió cinicamente.
Luego suelto un fuerte gruñido mientras me dedico a tronar mis dedos y de último hago círculos con mi cabeza para estirar mi cuello. Porque escuchar esto, ha traído más furia a mi cuerpo y es que al menos esperaba que supiesen ya su nombre.
—Puta madre, esperaba mas de ustedes, pero ya veo que tendré que enseñarles yo mismo a como hacer su puto trabajo. —zanjó furioso descargando mi enojo provocado por mi mujer en ellos dos. —Leo quiero que te encargues de llevar a Tobías junto a los hombres que lo acompañan todos los días al edificio y que los mantengas amarrados sin llegar a tocarlos hasta que yo llegue. —le ordenó furioso.
ESTÁS LEYENDO
¿O eso es mucho pedir?
Random¿Qué haría si a tus 21 años, pierdes a tus padres en una accidente automovilístico, te toca buscar un empleo de medio tiempo y para completar tienes que hacerte responsable de la custodia de tu hermana menor de 6 años? Todo esto me pasó a mí y en ta...