Capítulo 8

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De repente, mi móvil sonó y lo cogí unos segundo después mientras cogía algo cómodo para ponerme.

- ¿Mare? - descolgué cuando vi su nombre en la pantalla.

Temía por si iba a rogarme ir a otra fiesta o algo parecido. De todos modos era lo que menos me apetecía, después de haber pasado el día con alguien tan confuso como Michael.

- Clary, deberías meterte en cualquier red social, Michael...

Mi hermano entró en la habitación y colgué instantáneamente antes de que metiera la pata hasta el fondo. Me miró un par de veces antes de preguntarme si iba todo bien.

- Hoy es la fiesta de la facultad de biología - finalmente siguió hablando - así que no estaré. De todos modos, dudo llegar muy tarde. Si necesitas algo llámame, ¿de acuerdo?

Asentí antes de leer la pantalla del móvil.

America:

Mañana tengo que enseñarte algo.

Probablemente fuera Michael con otra chica, o algo parecido. Me esperaba cualquier imagen posible. En un club, en una fiesta... Pero a mí ni si quiera me gustaba, así que eso debía afectarme lo más mínimo. Teniendo en cuenta que era alguien famoso, probablemente todo se magnificara, a no ser que fuera: "Michael Clifford teniendo relaciones con una chica en plena fiesta" o algún tipo de titular así. 

Tiré la camiseta en la cama, con demasiada fuerza; no entendía porque estaba molesta. Me dirigí al armario y cogí la primera camisa que encontré para quitarme finalmente mi falda, y recoger mi pelo en un moño ridículo encima de mi cabeza. Probablemente Michael me diría lo ridícula que parezco ahora mismo.

Definitivamente debía empezar a dejar de pensar en él.

Encendí el reproductor de música y subí el volumen hasta perder la noción de mi alrededor. Me dejé caer en la cama, repasado el día de hoy por última vez, antes de quedarme dormida, involuntariamente.

El despertador me trasladó de mis sueños, por obligación. Lo había puesto un par de horas antes de mi primera clase, así podía tomar mi ducha y recoger las cosas. Posiblemente tuviera tiempo para estudiar algo, así que necesitaba un largo plazo de espacio hasta que iba al instituto.

Puse mi camisa de pequeños cuadros claros, los pantalones negros ajustados y unos zapatos negros que solía usar para ir al instituto. Deshice mi moño y solté el pelo como siempre. Decidí no maquillarme esta vez, quería guardar el tiempo para otra cosa.

En la cocina, añadí a mi taza de café, una cucharada de chocolate, como siempre, y me bebí aquel pequeño regalo antes de hacer alguna última lectura a los apuntes para el examen de hoy.

Odiaba el instituto por las mañanas. No por mí, realmente me gustaba asistir a las clases, especialmente las del lunes, eran mis favoritas. Pero odiaba la cara con la que la gente se paseaba por esos pasillos. Realmente me hacía reír ver cómo anhelaban sus camas con demasiada fuerza.

Me senté en mi mesa desde que empecé este curso, y preparé todo para el examen.

- Voy a suspender - Mare entró por la puerta murmurando esas palabras en voz alta.

- No lo harás - le contesté algo lejos, y ella me dedicó una sonrisa antes de sentarse en su silla, más atrás que la mía.

Mare llevaba una camiseta negra con algun logo blanco, y sus pantalones negros rotos favoritos. Aunque eran realmente bonitos, no eran para mí, ni me quedarían bien jamás.

El examen fue más fácil de lo que creía. Terminé con suficiente tiempo así que miré mi móvil un instante mientras esperaba el sonido de la campana.

Michael Clifford:

No te olvides

Yo:

No te dije que iba a venir

Michael Clifford:

A las 5

Es cómo si hablara completamente sola. Después de darle vueltas, decidí definitivamente verle, no sabía con exactitud porqué. 

Las clases terminaron a las 3, como siempre, y volví a casa.

No me iba a cambiar, y menos para Michael, así que dejé la misma ropa puesta. Miré el reloj y apenas eran las cinco así que salí a esperar antes de que mi hermano se le ocurriera sacar la cabeza por la puerta, y después acabar con la mía.

Quería a Kevin, pero jamás podría entender porque me subía al coche de alguien como Michael. Yo tampoco lo entendía.

Cuando salí, su pelo rojo se reflejaba a través del cristal. Sostenía un cigarrillo en sus labios, hoy transmitían tranquilidad. Sus brazos estaban completamente descubiertos, así que analicé su piel de nuevo, mientras me dirigía al coche.

- ¿Nos vamos? - musitó sin mirarme, sólo seguía el ritmo de la música con la cabeza.

- Sí - contesté escasa.

Sabía que en el momento en el que me miraba, iba a comentar algo que no le gustaba de mí, así que no me parecía tan mal que mirara la carretera, evitando mis ojos en todo momento.

El trayecto empezó algo silencioso.

- No volveré a subir en ningún coche en el que conduzcas.

- ¿Porqué dices eso? - por primera vez me miró a los ojos, curioso.

- Porque vamos a matarnos.

Rió de esa manera perversa que solía hacer, y por primera vez hoy, sonreí levemente al ver que él lo hacía. Aún así, tenía ambas manos agarradas a lo primero que encontré bajo mis manos para asegurarme de que hoy, no moría.

-  ¿Siempre eres tan precavida? - miró mis manos, y después a mí, a través de sus gafas de sol negras.

- Cuando se trata de mi vida, sí - ladeé mis labios.

Algo tenía en mente, porque su ceño fruncido lo delataba. Se pellizcaba el labio inferior una y otra vez mientras clavaba la mirada en la carretera durante todo el viaje.

Esas fueron las únicas palabras, porque tanto él como yo estuvimos en silencio el resto de viaje. 

Empecé a ver los edificios principales dibujarse detrás del cristal reflejado , así que estábamos llegando al fin. 

No entendía porque el carácter de Michael cambiaba con tanta facilidad, y cómo él dejaba de parecer la misma persona. Si se comportaba así con las fans, creo que todas acabarían cansándose de él, como yo. 

Aparcó el coche en el mismo sitio de ayer. Había un ruido algo ligero un par de calles atrás, pero no le di importancia, y parecía que Michael tampoco, o que ni si quiera había escuchado algo. 

Michael apagó la música y el completo silencio quedó repartido por todo el coche. Ambos bajamos a la vez, cuando...



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