- Tengo novio - me aparté antes de que pudiera besarme.
Era lo mejor que podía hacer. Sabía qué eso no iba más allá de una simple aventura con un cantante, algo así como una groupie sin pretenderlo. Mentiría si negaba que no quería besarle. Deseaba hacerlo desde que pisó la cafetería esa tarde. Y me moría de ganas. Pero no podía dejar que mi deseo ganara a mi sentido común.
- ¿Tienes novio? ¿Porque no me dijiste esto? - parecía sorprendido y nervioso.
Se frotó el pelo.
- Me parecía un dato irrelevante - me encogí de hombros con naturalidad.
Era mentira, no tenía novio, pero él parecía habérselo creído. Me arrepentiría durante mucho tiempo de no haber besado a Michael, pero si lo hacía me arrepentiría todavía más.
Parecía tan sorprendido que soltó la mano de mi cara, y se apartó de mí.
- Está bien, volvamos - cogió y mano y me llevó hasta la mesa donde estaban los chicos, ahora sentados con esas dos chicas que habían venido anteriormente.
Eran rubias, con los ojos azules, y iban maquilladas en exceso, pero aún así eran atractivas. Competir contra ellas sería una pérdida de tiempo. Y eso es lo que quería Michael; chicas de un atractivo físico para pasar la noche.
Una de ellas miró a Michael, y le saludó con la mano pero él la ignoró, sentándose de nuevo. Esperaba que volviera a cubrir mis hombros con su mano, pero dio un pequeño toque a Ashton y habló con él, cómo si de repente yo hubiera desaparecido.
Qué sinsentido era ese. Michael se había enfadado porque no le había contado que tenía novio. ¿Qué más le daba a él eso? Y aunque fuera una mentira, su reacción era igual de absurda que su carácter.
- ¿Estás bien? - Calum tomó mi mano.
Sentí los ojos de Michael bajo nuestras manos, pero siguió hablando con Ashton y esa chica, que parecía absorbida totalmente por ellos dos.
- Sí - sonreí de la manera más estúpida que supe - sólo estoy cansada.
- Michael parece enfadado, pero no es nada nuevo - rió y esta vez reí yo también -. Los conciertos sacan lo peor de una persona. Cuando llevas tantos países como nosotros, a veces es difícil mantener siempre el ritmo. Hay días que no saldría de la cama. Aun que, pasearse en calzoncillos por el hotel es algo que me gusta demasiado - alzó una ceja - creo...
- No lo dudo.
- Cuando Michael se comporta así, ignóralo.
Eso quería hacer hace muchísimo tiempo. Ignorarlo. Ignorarlo desde el primer día que le conocí. Pero no era tan fácil, porque si lo fuera, yo no estaría aquí sentada ahora mismo.
No me arrepentía de haber venido, Calum me parecía la persona más agradable del mundo, pero no podía dejar de mirar a Michael.
Estaba jugueteando con el pelo de aquella rubia sintética la cual quería dejar completamente calva. Pero no podía recriminar nada. Michael no era nadie para mí, no tenía motivos para prohibirle eso. Y yo, para él, tenía novio. Era una mentira absurda, pero podía mantener a Michael algo alejado de mí. Por mucho que me doliera.
Un minuto sin él y ya deseaba volver a sentir ese olor cerca.
- Lo haré - finalmente dije.
- Chicos, tengo que irme - Ashton se levantó, tomando a aquella chica de la cintura.
- Calum, ve con Ashton y Luke - Michael se interpuso entre Calum y yo -. Yo llevaré a Clary.
- Estás demasiado borracho para conducir - espeté.
- No voy a conducir yo - dijo en un tono agotado.
Su voz, cuando se notaba levemente cansado, oscurecía y eso me erizaba la piel. Su tono grabe resonaba en mi mente y no podía quitarlo de mi cabeza.
Salimos fuera. Un par de coches esperaban en la puerta. Los chicos subieron a uno de ellos. Calum se despidió con un abrazo, y Luke y Ashton desaparecieron en cuestión de segundos.
- Qué te pasa con Calum - me preguntó Michael sin mirarme.
- Me parece alguien agradable - contesté.
Avanzamos hasta el segundo coche negro, que esperaba en la puerta, cuando una enorme luz nos cegó por completo, pillándonos desprevenidos.
- Mierda - Michael se quejó en voz alta y tomó mi mano para correr al coche - tápate la cara.
Le obedecí, y entré torpemente en el coche, por la puerta trasera. Michael hizo lo mismo, y soltó una gran bocanada de aire al entrar al coche.
- ¿Es que nunca duermen? - golpeó el asiento con el puño, y luego se pasó la mano por su pelo, nervioso.
Temía lo que pasaría la mañana siguiente. Si alguien había sido capaz de tomar una foto, por muy mínima que fuera, estaría colgada en todas partes y yo sería de nuevo el objetivo.
- Ahora no se puede hacer nada - acaricié mi mano.
Cuando toqué levemente su mano, la apartó con brusquedad. Abrí los ojos sin entender nada antes de mirarle enfadada. No lograba entenderle. Jamás lo haría, pero ahora tampoco me esforzaría por hacerlo.
- Tienes novio, ¿recuerdas?
- Sólo te he acariciado la mano - refunfuñé.
No contestó, así que tomé el valor que necesitaba y empecé a descargar todo lo que mi estómago retenía hasta ahora.
- Creo que eres la persona más complicada de este mundo, Mike. No dejas que nadie te conozca, y no haces nada por ayudar. Te comportas como un estúpido crío caprichoso y sólo quieres lo que te apetece en ese momento. Necesitaría un manual de instrucciones para entenderte. No sé porqué sigo aquí. No quiero verte jamás. Me estás volviendo loca, y sólo han pasado dos semanas desde que te conocí.
- Y tú eres una estúpida perfeccionista que cree que todo se arregla haciendo las cosas bien. ¿Has pensado alguna vez que hay algo más allá de las normas? La diversión, pero tú eso no lo sabes porque lo único que te preocupa es ese maldito libro de biología, y ahora parece ser que Calum es tu segundo vicio favorito.
- ¿Es que también vas a decirme con quien puedo hablar? - alcé la voz, mirándole fijamente a los ojos.
De nuevo tenía esa sensación a la garganta, quería llorar. Lo que había dicho anteriormente, me había herido más de lo previsto, pero ignoré eso delante de él.
Mi casa apareció tras el cristal, y cuando el coche frenó, aproveché para abrir la puerta y salir.
- No quiero saber nada de ti, Michael - grité antes de cerrar la puerta y correr hacia mi casa. No quería mirar atrás, porque quizá me arrepentía de todo.
Abrí torpemente la puerta, cuando la voz de Michael me llamó por detrás.
- Clary - escuché unos pasos detrás de mí.
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Manual de instrucciones - m.c
Fiksi PenggemarClary tenía la vida planeada: luchar contra el último año de instituto además de mantener su vida organizada como hasta ahora, sin demasiados movimientos que pudieran sacarla de su rutina. Pero sólo era necesario un cambio para poner patas arriba su...