Capítulo 10

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Abrí y me encontré a Michael allí plantado. Me miraba decepcionado y parecía algo enfadado, igual de terco que siempre.

- Te has ido - susurró unos segundos después, quedándose fuera.

- Sí - asentí, sintiéndome estúpida aún.

¿Había venido hasta mi casa para reírse de mí, otra vez? O quizás humillarme, como todas las otras veces en las que había estado con él.

- ¿Porqué te has ido? 

- Porque sí - me metí una mano en el bolsillo y mordí mi labio nerviosa.

Incluso enfadada conseguía debilitarme. Pero no quería que se diera cuenta de ello.

No contestó. Se quedó pensativo y después pasó una mano por su pelo rojo, alzando una ceja algo confuso.

- ¿Vas a decirme por qué? - insistió.

- Da igual - me dirigí al comedor, y sentí su presencia por detrás.

Todo el comedor se llenó de su suave y peculiar olor, y lo agradecí internamente. Sentía sus botas negras avanzar hasta mí, pero seguí hasta llegar a la cocina.

De pronto, tomó mi cintura con sus manos y me dio la vuelta, quedando más cerca de él de lo previsto.

- Quiero saber porqué te has ido - noté su aliento recorrer mi oreja, que dejó en un susurro ronco.

- ¡Porque soy idiota! - de pronto estallé y alcé la voz sin pretenderlo - Me escondo para que tus fans ni la prensa me vea contigo, porque soy una mala imagen a tu lado, ¿y qué es lo que escucho? Que te traes a una chica distinta cada noche en tu hotel, tu casa, dónde dios quiera que sea...

Creo que no se esperaba para nada esa respuesta, porque quedó perplejo. Pero después sus labios se curvaron y avanzó de nuevo hacia mí. Me aparté pero sus manos me atraparon la cintura así que quedé pegada a él. Sentía su respiración tan cerca que podía disfrutarla.

- ¿Estás celosa? - de repente esbozó una sonrisa con sus labios.

- No - aparté la mirada.

- ¿De verdad te pensabas que quería tener algo contigo? Clary esto es algo imposible para mí - rió ampliamente apartándose de mí.

Le di un empujón con ambas manos en el pecho y quedé quieta.

No entendía cómo lograba hacerme sentir peor cada vez. Sentí lágrimas en los ojos pero los apreté para que estas se quedaran allí, sin mostrar lo débil que me hacía ese pedazo de idiota.

- Vete de aquí - señalé la puerta sin mirarle.

- Clary... - se mordió el labio.

- Vete y no vuelvas jamás. Siento no haber sido una simple puta de hotel, ¿de acuerdo?

- Se llaman groupies - me corrigió con ironía.

- Sé como demonios se llaman - apreté los labios, cada vez tenía más ganas de llorar - pero me da igual. Ahora tienes que irte si no quieres que llame a la policía, y sí, eres Michael Clifford, guitarrista de 5 Seconds Of Summer, pero dudo que con un solo de guitarra evites a la policía.

En ese momento, la puerta se abrió y entró mi hermano, quedándose totalmente perplejo. Se acercó a mí y después miró fijamente a Michael, que parecía ajeno a la situación, aunque sus ojos decían algo indescriptible.

- Clary qué hace este chico en casa - le señaló.

Era increíble cómo se oponían entre ellos. Kevin lucía una camisa de pequeños cuadros, guardada por dentro el pantalón de color marrón. Y Michael una camiseta desgarrada con sus pantalones negros tremendamente estrechos.

- Yo ya me iba - Michael alzó una mano y se fue en silencio.

Kevin me fulminó con la mirada. Sabía lo poco que toleraba gente así, y más encontrarse a alguien cómo Michael en el comedor, enfadado, no arreglaba nada.

- ¿Quién es ese chico y qué hace en casa? - me repitió mirando la puerta.

El olor de Michael se había quedado por todo el comedor, y sentía como si aún estuviera aquí.

- Nadie importante - me dirigí a mi cuarto.

- Sabes que no me gusta que te relaciones con gente... así - alzó ambas manos.

- Ese chico desaparecerá - me dolía admitirlo - para siempre.

La vida privada de Michael rondaba entera en internet, y miré varias páginas antes de cerrar el ordenador y frotarme la cabeza. Era el más mujeriego de su grupo, todo el mundo estaba de acuerdo en eso. Una chica había llegado a componerle una canción donde decía que apestaba. Tal vez ella también fuera estúpida como yo en su momento. 

Decidí parar de mirar todo lo que aparecía sobre él en las redes sociales por un instante, y fui a cambiarme para estar cómoda por fin.

El móvil sonó nuevamente y me levanté a cogerlo. Tenía 6 llamadas perdidas de Mare. Era raro debido a que ella solía dejar un mensaje si no cogía el teléfono. La llamé y me lo cogió un par de toques después.

- ¿America qué ocurre? - dije al escuchar su voz.

- Oh Dios estás bien - contestó.

- Claro que estoy bien, ¿qué ocurre?

- Tienes que meterte en Twitter, y tienes que hacerlo ahora - contestó sorprendida, y hablaba tan rápido como ella podía.

- Me estás asustando, ¿va todo bien?

- Bien no es la mejor palabra - suavizó la voz - pero tienes que verlo tú misma.

- Está bien.

Colgué. Estaba asustada por cómo hablaba Mare. Si fuera algun cotilleo de revista probablemente sería la primera en anunciarlo, pero no sabía cómo describir aquello, así que no sabía qué esperarme. 

Volví de nuevo al ordenador, y cargué la página, esperando impaciente. Llevé mis uñas a la boca mientras abría Twitter, hasta que la ventana se abrió.

Mis ojos se abrieron como platos al ver todo aquello. No podía creerlo. Puse mis manos a la boca para ahogar un grito de horror y sorpresa a la vez que entraba en una de esas fotos.

En la primera foto, aparecía...


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