Capítulo 31

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Cuando unos escasos centímetros separaban mis labios de los de Calum, Michael apareció apartando a Calum de un empujón.

- Tío qué haces - Calum recuperó su equilibro y arrugó su curiosa nariz.

- Impedir esta mierda - Michael gritó por encima de la música.

Odiaba cuando gritaba. Me daba miedo y a la vez me ponía más furiosa.

- Oh vamos, vete de aquí Mike - le aparté -, tu querida groupie estará esperando en tu cama, sin ropa ni nada parecido. Tranquilo, me encargaré de que nadie pueda molestaros. Creo que eres el mayor error que he cometido, no quiero verte nunca más.

- El mayor error ha sido pensar que alguien como tú podía ser menos aburrida de lo habitual. Vete con cualquier idiota con pintas ridículas, así podéis quedar juntos para estudiar cualquier mierda de esas que estudias. 

- ¡Eres idiota! - mis ojos se nublaron de lágrimas - Ojalá nunca te hubiera conocido. No tienes corazón, y no eres capaz de querer a nadie. Así ni tu propia banda va a quererte. Santo cielo, ¿porqué eres el único de todos ellos que te comportas como un egocéntrico de mierda? 

- Clary no hables de esto ahora - Michael se frotó la nuca.

- ¿Y porqué no? No soportas que nada salga como tú no esperabas. Pues esto tampoco; no he corrido detrás de ti como una idiota. 

- Sí lo has hecho. Me has besado.

- No te quiero ni a ti, ni a tu estúpida fama, ni tu jodido ego Michael Clifford. Disfrutalo, porque así vas a quedarte fuera de todos sitios - le escupí totalmente enfadada.

- ¿Estás enfadada porque quieres que sea tu novio o algo así, Clary? No soy tuyo, no te pertenezco - estalló en una carcajada.

Cada vez me hervía más la sangre. Seguía riéndose, como siempre. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, y maldije haberme puesto rimmel en las pestañas.

- Vete a la mierda.

Salí de allí lo más rápido que pude. Calum atrapó mi mano pero no quería seguir allí.

- Llámame cuando empieces de nuevo el tour - le di un fugaz abrazo y salí del pub como pude. 

Estaba tan rota que me olvidé de todo, y salí por la puerta principal, deseando estar en casa. 

Michael me rompía cada vez un poco más el corazón con sus inesperados golpes, y prácticamente estaba despedazado. 

Salí por la puerta y un destello me cegó por completo, dejándome más perpleja de lo que estaba. Había olvidado los paparazzis. Mañana empezaba de nuevo su tour y esperaban que salieran temprano. Me tapé la cara y seguí corriendo. Quería que todo esto pasara ya.

- Clary - alguien me llamó, era una voz femenina y me llamó la atención.

No sabía si girarme. Aún seguía en la entrada del hotel y probablemente salieran nuevos paparazzis. Pero lo hice por mera curiosidad. Me encontré a una chica apoyada en la entrada, y me llamó de nuevo.

- Las fans también hemos notado ese cambio en Michael - se encogió de hombros.

¿Sabía qué estaba así por él?

- ¿Cómo sabes que todo esto es por Mike?

- En Twitter todo se sabe - me dibujo una media sonrisa, pero fui incapaz de devolvérsela.

Todo aquello me venía demasiado grande. Cada problema que tenía, ahora era público.

- Quiero a Michael muchísimo, pero... esta vez estoy contigo. 

Le agradecí aquello y salí hasta llegar a la parada de autobús. Había que esperar una hora hasta que el siguiente pasara, así que recliné la cabeza sobre el cristal de la estación, y no pude reprimirme llorar. Cada vez mi cabeza proyectaba absolutamente todo lo que había pasado.

Y mañana tendría a Michael a muchos kilómetros de mí, buscando a cualquier chica dispuesta a irse con él. ¿A quién pretendía engañar? Era un famoso, tenía 19 años y sólo le interesaba llevar chicas a su cama. Se veía bueno en eso, y sé que estaba orgulloso de su trabajo. No podía engañarme y creer que eso era un estúpido cuento de hadas, porque ni tan solo se le podía llamar cuento. No había historia. Solo una ridícula anécdota que jamás destaparía a nadie.

Cuando el autobús llegó, pareció que había pasado una eternidad. Varios minutos después llegué a casa. Sin quitarme nada, entré directamente en la cama, y hecha un ovillo quedé mirando el techo hasta que me dormí completamente. 

Al día siguiente mi cabeza retumbaba a horrores. Me levanté para mojarme la cara antes de que mi cabeza saliera por patas. Me miré en el espejo; definitivamente me veía demasiado desgastada. Y lo que más odiaba era reconocer que la culpa la tenía Michael.

¿Como había dejado que me afectara hasta este punto? 

Tenía que olvidar definitivamente esa mierda. Respiré todo el aire posible, y me mentalicé. Mis ojeras cada vez eran más grandes.

Mierda. Había olvidado por completo la escuela. Miré el reloj y eran algo más de las 10. Había perdido dos horas enteras. Me cambié rápidamente y me dirigí al instituto. Definitivamente, me odiaba.

Cuando llegué, faltaban 5 minutos para las 11 en punto. ¿Qué iba a decir ahora? Empecé a planear algo. Y de nuevo, estaba mintiendo. 

Lo único que me apetecía en ese momento era quedarme en la cama y mirar Querido John una vez tras otra sin salir de la cama, y llorar libremente sin que nadie pudiera verme. 

"Ojalá pudiera cambiar a Michael por Channing Tatum" espeté para mis adentros entrando en el instituto. No podía permitirme más ausencias en clase, así que me prometí a mí misma centrarme en el último curso y olvidar todo lo de un mes atrás.

Esperé en clase de biología. Travis no iba conmigo a esa clase, y America todavía no había aparecido. Me senté en una de las mesas últimas. No quería que nadie viera mi tremendo aspecto ni que me preguntaran algo relacionado con 5 Seconds Of Summer. Cerré los ojos, centrándome otra vez. Tenía que empezar a olvidar ese dichoso tema. 

Saqué el móvil, aburrida. Mare seguía sin llegar así que abrí la pantalla para curiosear, cuando...


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