eighteen

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Capitulo 18| EMMA

El que Jack me arrastrara hasta mi oficina para entregarme la cadena de Estefanía nuevamente fue algo que quedara grabado en mi memoria siempre, iba a matar a Rachel, si la vida la volvía a poner en mi camino era probable que lo próximo que vea el resto de mi vida sean los barrotes de una celda con una cadena perpetua por homicidio.

Luego de un tremendo sermón de lo que faltaba de la guardia y todo el día de descanso sobre porque no debería estar "Haciendo cosas de adultos" con Voldemort como Jack decía supe que debía hablar con Estefanía, al menos decirle que no fue mi intención perder la cadena la que seguramente se desprendió de mi cuello en aquella discusión con la ya mencionada mujer. Jack decía que no sabía si le había dicho algo más pues Alex no quiso seguir hablando del tema.

Ese día al llegar fui a recepción a firmar mi llegada y verificar la llegada de los demás, me topé de golpe con que la casilla de Estefanía estaba tachada con falta lo cual me dio una pequeña punzada en el corazón, que ironía, ¿no? Así que le pregunté a la recepcionista

—¿La doctora Ross, no ha venido? —le tendí de nuevo la tabla

—buenos días, la doctora Ross está en el otro turno —dijo revisando algo en su computadora

—¿desde cuándo? —pregunte

—desde ayer, doctora —contesto y sonreí en agradecimiento

Camine hacia la oficina del jefe pues como era posible que me cambiarán a la jefa de cardiología de un momento a otro.

—Estefanía en el otro grupo, ¿en serio? —solté indignada.

—buenos días a ti también Emma, estoy bien gracias por preguntar —ironizó

—si, como sea, ¿Por qué? —insistí—. Te recomendé a mi mejor cardióloga para que la mandaras al otro grupo, regrésala

Sebastián levantó una ceja y me vio fijamente lo cual hizo que por memoria muscular enderezará mi cuerpo. Era un recuerdo muy marcado de mi infancia.

—tu, Emma Miller, la jefa de toda urgencia, estás pidiendo que traiga de regreso a Estefanía Ross —asentí. —¿Por qué?

—Es amiga de Alex y Jack —solté sin más

—ajá, claro y yo soy el príncipe Felipe —dijo aun viéndome fijamente

—sabes que, no importa, no la regreses si no quieres —dije y Sali de aquel lugar cerrando la puerta tras de mí.

¿Qué insinuaba?, pff, era claro que solo la quería aquí por qué había formado una amistad con Jackson, no porque me había acostumbrado a su presencia y el saber que no la vería se sentía raro, obviamente

¿cómo le habrá ido en el otro lado?, sabía que los doctores del otro turno estaban igual de capacitados, pero acá estaban sus amigos, y yo, no había otra Emma. Nunca habría otra Emma.

Me dirigí hacia la sala de descanso, necesitaba un momento para aclarar mi mente. Al entrar, vi a Jackson sentado en un sofá, con una taza de café en la mano y su típica expresión despreocupada. Al verme, su rostro se iluminó con una sonrisa pícara.

—¿Qué mosca te picó? —preguntó, levantando una ceja—. Hasta acá escucho tus pensamientos

Suspiré y me dejé caer en una silla frente a él.

—Estefanía cambió de turno —dije, tratando de sonar casual, pero incluso a mis propios oídos sonaba forzado.

Jackson se encogió de hombros.

El arte de sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora