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Capitulo 7 | Estefanía

              

Los días se sentían tan lentos, cada hora que pasaba era mas larga que la anterior, podía sentir mis manos temblar y mi cuerpo perder las fuerzas en cada minuto que pasaba, conocía los síntomas, había pasado por esto antes, la falta de sueño, mas de lo que mi carrera ameritaba estaba haciendo que las cosas fueran más difíciles, mi mente no paraba un segundo, viajaba entre los recuerdos de mi pasado y los recuerdos del caos que había ocasionado en las últimas semanas.

La alarma de mi celular sonó dando por terminado el único momento que tenia en el que se suponía que debía descansar para iniciar una guardia más.

Al bajar las escaleras dispuesta a ir a tomar mi desayuno aun con el cabello mojado por la reciente ducha pude ver una cabellera que reconocía de algún lugar salir apresurada, definitivamente no era Alex pues este miraba hacia la salida con una sonrisa boba en el rostro.

Llegue hacia el con el mayor cuidado posible para que no notara mi presencia mientas me acercaba a su oído y susurraba-¿Quién era ese?

—yo, ¿Qué haces aquí?... digo, vives aquí, pero es temprano en fin ¿Cómo estás? —murmuro mientras jugaba con una cuchara en sus manos.

Arquee una ceja mientras sonreía y veía como las mejillas de Alexandre se teñían de un rojo de una manera que muy pocas veces veía en él, el nerviosismo evidente me dijo que seria mejor no volver a tocar el tema y investigarlo por mi propia cuenta, estaba segura de haber visto aquel cabello antes.

—bajé a desayunar —dije mientras servía café en una tasa y dejaba mi filipina sobre la silla a mi lado

Alexandre asintió con la cabeza mientras levantaba la mirada —¿estas bien?

Suspire —sí, estoy bien, ¿tu? —pregunte

—de maravilla —dijo con una sonrisa que se copio en mi rostro de inmediato.

—¿me contaras sobre el desconocido? —pregunte mientras le daba un sorbo a mi café

—te contare solo si no me preguntas por su nombre, ¿okey? —dijo clavando su mirada en mi.

Me apoye en mis codos mientras me inclinaba hacia adelante —okey.

El desayuno continuo entre risas y detalles muy explícitos y innecesarios sobre aquel tipo desconocido.

Cuando llego la hora de regresar al hospital, aquella conocida sensación de opresión en el pecho se posó en mí, mis nervios me estaban jugando una mala pasada, las cosas allá adentro eran difíciles las consecuencias de mis acciones pasadas me perseguían y no me dejaban dormir.

Cada paso que daba hacia eco en mi mente, todo parecía detenerse en el momento que las personas notaban mi presencia, y no de una buena manera, ser el foco de atención de un hospital entero por tus malas actitudes no era la mejor cosa que podría pasarme.

—¿tienes cirugías programadas? —la voz de Alexandre a mi lado hizo que mi mente se concentrará en algo más y lo agradecí

Negué con la cabeza como respuesta, pero mi mirada fue directamente a la chica pelinegra justo frente a nosotros que firmaba su llegada como de costumbre, fue Jack a su lado quien noto nuestra presencia.

Sonrió mientras su mirada pasaba de estar en mi a posarse sobre Alexandre sin pudor alguno —Buenos días

Alexandre contesto con una sonrisa en su rostro que yacía casi rojo por completo, permanecí en silencio pues ese saludo no había sido para mi y mi mente estaba mas ocupada estando en blanco que en hacer su propio trabajo.

El arte de sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora