eight

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                                Capitulo 8 |Emma

     

Dos semanas habían pasado, el tiempo dentro de el hospital pasaba más rápido cuando trabajabas más de 12 horas seguidas, esas dos semanas habían sido extrañas, los conflictos con Estefanía habían disminuido un 50 porciento, aunque eso hacia el ambiente mas ligero era extraño.

La costumbre de que desde que llegó estuviera en contra mía y ahora parecía estar en parte de mi lado, me hacía sentir extraña, odiaba su voz gritando y reclamando, pero ahora parecía decaída, distraída, lo que me ponía los pelos de punta pues en una cirugía eso era malo, cualquier error podía costarle la vida al paciente sobre aquella camilla.

La vi suspirar y luego hablo —okey equipo, haremos lo mejor posible.

Con eso dicho procedió con la operación, está de más decir que apresar de su aparente estado distraído pudo ejercer como de costumbre.

El paciente estaba estable, firme su expediente y se lo encargue a uno de los internos que tenía bajo mis enseñanzas.

De camino a la sala de descansó me encontré a Jackson y me acompaño hasta aquel lugar, mientras hablábamos de cosas triviales y el me contaba lo que harían al salir de la guardia, al parecer irían a un bar con otros compañeros.

En la sala de descansos estaban todos los demás de nuestro turno, quienes hablaban de el dichoso bar. Mi mirada viajo a la puerta de la habitación al ver a Estefanía entrar, estaba sudada, pareciese que había corrido, detrás de ella entro Alex.

—Fani, oye, iremos a un bar al terminar la guardia, ¿vienes? —Jack se acercó a ella colocando uno de sus brazos sobre los hombros de ella, mientras está sonreía.

—yo claro, supongo —la duda en ella era clara, a lo largo de el tiempo que tenia en el hospital había notado que era muy mala ocultando las cosas, su lenguaje corporal hablaba antes que ella.

—oh, al fin, yo solo no habría podido —Alexandre sonrió chocando los cinco con Jack, mientras aquella expresión se copiaba en el rostro de mi mejor amigo.

El día termino, la guardia termino y ahora no tenía ni idea de cómo deshacerme de Jack para evitar ir con el y los demás, inventar una enfermedad mortal y contagiosa no era la mejor opción.

Tomé mis cosas y me dispuse a salir del hospital, pero como no Jack estaba esperándome.

—vamos, de mi no escapas está vez —dijo mientras tomaba mi mano y literalmente me arrastraba hacia mi auto.

—no quiero ir, Jackson —dije rodando mis ojos

—casi te pregunto, viste —hablo en español

Al llegar a mi casa donde casi parecía que Jack también vivía, me obligo a usar más maquillaje del que debía. Me sentía extraña, no estaba acostumbrada a ese tipo de maquillaje, pero el decía que me veía bien, según el tenía que conocer gente y el amor entra por los ojos.

Jack manejo, hasta aquel bar, era bonito, bastante elegante, las luces moradas y rojas que iluminaban todo el lugar le daban un toque especial. Nos sentamos en un sofá largo con varias mesitas al frente en la planta de arriba, la zona VIP, al parecer Alexandre era amigo de dueño.

Las demás personas se fueron uniendo a nosotros y las conversaciones no tardaron en aparecer, entre risas y platicas, la noche avanzaba, pero faltaban dos personas.

Cómo por arte de magia todas las miradas se dirigieron hacia la entrada de aquel palco, mi mirada enfoco a Alexandre, pero esta misma no duro mucho tiempo en el pues la mujer a su lado parecía llamar mas la atención.

El arte de sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora