sixteen

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                       Capitulo 16 |Emma

           

La odiaba, no la quería cerca de mí, ni de Jack, mucho menos de Estefanía, Rachel era una estúpida no sabía que carajos hacia aquí, pero se debía ir, ¿Quién la había traído?

Camine hacia la oficina del jefe para obtener respuestas, pero no me iba a quedar con las dudas en mi cabeza definitivamente eso no era una opción.

Mientras avanzaba hacia la oficina cada paso que daba pesaba mas que el anterior, era como si mis pies se negaran a obedecerme, tenia en mi mente el rostro de Rachel y cada uno de sus movimientos, el cómo se había acercado a Estefanía con esa falsa amabilidad, era como una mancha en la ropa que entre mas ganas tengas de quitarla mas se pega, una plaga.

Al llegar a la oficina suspire antes de dar dos toques en la puerta, no quería desquitar mi furia con alguien que no merecía aquello así que lo deje afuera levante la mano y di dos golpes en la puerta.

—pase —la voz del jefe resonó desde el interior.

—¿Qué hace aquí? —pregunte sin mas

—¿aquí trabajo? —pregunto frunciendo el ceño.

—¿no tú, ella? —su cara de confusión me dejo claro que no sabia de quien hablaba así que puse mi mejor cara de enserio

—¿Quién? —volvió a preguntar

Rodé mis ojos —Rachel —hice el intento de imitar su voz.

—ah, tiene una cirugía, vino a eso —dijo como si fuera lo más normal.

—¿Cuándo se va? —Sebastián dejo sus papeles en el escritorio y fijo su vista en mí.

Entre cerro los ojos y apoyó sus codos en el escritorio inclinándose hacia adelante.

—Emma, ¿Por qué quieres que se vaya? —pregunto y yo hale la silla para sentarme frente a él.

—¿Quién la quiere aquí?, nadie la quiere aquí, ¿Cuándo se va? —insistí.

—dos días -dijo finalmente —deberías dejar el pasado atrás

—ay, por favor, me exhibió públicamente que agradezca que no la denuncie —dije -o la mate

—okey, okey, se va en dos días.

—okey. —sonreí y me levanté para irme.

Volví a mis rondas porque debía hacer rondas, revisar pacientes era divertido porque algunos ya te conocían y te saludaban como si de amigos de años se tratarán.

Uno de mis tantos pacientes era Mayli, la niña del caso de Estefanía, sabía que ella la había ingresado a la lista de trasplantes y esperaba que pronto tuviera su corazón.

Continue caminando sumergida en mis pensamientos hasta llegar a urgencias para ver que pasaba por allá.

—¡AYUDA, POR FAVOR AYUDENME! —el grito de un hombre alerto a todos en la sala.

Un hombre con la que supuse que era su esposa en sus brazos, ensangrentada con vidrios por todas partes, pero lo que me llamo la atención fue su vientre abultado. Un embarazo ya bastante avanzado.

Con varias enfermeras colocamos a la mujer en una camilla y la dirigimos a la sala de trauma para intentar salvarle la vida, aunque aquello se veía bastante difícil.

Luego de intentar curarle varias heridas la mujer callo en paro debido a un golpe en la cabeza que causo una hemorragia interna imposible de haber detectado a tiempo.

El arte de sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora