twenty seven

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Capítulo 27 | Estefanía

Nunca creí volver a sentirme así de vulnerable con alguien, a pesar de afirmarle a Emma que aquellas cicatrices no dolían seguían siendo parte de mi pasado, aquel pasado donde, era una adolescente a la cual le toco presenciar como su única compañía a lo largo de su vida fallecía en la cama de un hospital.

Creí que al verlas o enterarse de su existencia Emma saldría corriendo terminando con aquello que apenas habíamos empezado. Pero no fue así y aquello demostró nuevamente que Emma no era como los demás.

Los días pasaban y pasaban y aquella conexión entre nosotras solo mejoraba.

Quizás todo lo que estaba pasando era la punta del iceberg que nos hundiría, pero no quería pensar en eso. Estaba consciente que como toda relación cualquier cosa es un arma de doble filo que podría romperlo a arruinarlo.

Quizás estábamos a un paso en falso, a un solo paso de que todo aquello se fuera por la borda.

Aquel día por la mañana, Alex y yo llegamos al hospital un poco más tarde de lo habitual. Las calles estaban llenas de tráfico y habíamos tenido que hacer un desvío inesperado. Al llegar, nos encontramos con un ambiente inusualmente tenso. Emma y Jack estaban esperando en la entrada del hospital, ambos con una expresión de preocupación.

—¿Qué sucede? —pregunté, sintiendo un nudo formarse en mi estómago.

—No hay cirujanos suficientes —respondió Emma con el ceño fruncido—. La mayoría están enfermos, hay una especie de virus que los ha afectado.

—Así que les tocará trabajar más —añadió Jack, suspirando mientras se pasaba una mano por el cabello—. Es una locura aquí adentro.

—tú también ayudaras, como que "les" —regaño Alex a Jack

—pero, yo no soy cirujano —contesto haciendo un puchero

Emma rio mientras negaba con la cabeza. —vamos —dijo, señalando el interior del hospital

Miré a Alex, quien asintió. Sabíamos que sería un día largo y agotador, pero no teníamos otra opción. Nos dirigimos a los vestidores para cambiarnos rápidamente y ponernos a disposición del equipo. Mientras me colocaba la bata, no pude evitar pensar en lo frágil que es la vida, en lo rápido que puede cambiar todo.

De camino a la sala de emergencias, Emma empezó a dar órdenes, demostrando por qué era la jefa de urgencias. —Necesito que todos los médicos disponibles se reporten de inmediato. Vamos a necesitar a todo el personal posible. Coordinaremos los turnos para evitar que alguien se agote demasiado pronto. —Su voz era firme y autoritaria, pero también calmada, infundiendo una sensación de control en medio del caos.

Al llegar a la sala de emergencias, nos encontramos con un caos total. Camillas llenas de pacientes, enfermeras corriendo de un lado a otro, y médicos tratando de manejar la situación lo mejor posible.

—¡Doctores! —llamó una enfermera que reconocí como Carmen—. Tenemos un caso crítico aquí, un accidente de tráfico múltiple.

Alex y yo nos volteamos a vernos rápidamente, desde que éramos internos nos peleábamos por casos así, al especializarnos y no volver a la cirugía general aquello cambio, pero ahora volvíamos a la adrenalina de los casos de urgencia

—yo voy— dije comenzando a correr y escuché un "me las vas a pagar" tras de mí.

Me acerqué rápidamente a la camilla donde un joven estaba siendo atendido. Sus heridas eran graves, pero no podíamos perder tiempo.

El arte de sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora