twenty-one

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Capítulo 21 |Estefanía

Desperté con el sol filtrándose por las cortinas, llenando la habitación con una suave luz dorada. Había pasado una noche tranquila, pero mis pensamientos aún estaban llenos de los momentos compartidos con Emma en el día anterior. Desde nuestros paseos por la playa hasta las conversaciones en la cena, cada instante había sido una revelación de la conexión especial que estábamos construyendo.

Me sentía con una energía renovada. Había algo en el aire de México, una mezcla de aventura y promesa, que hacía que cada día se sintiera lleno de posibilidades. Después de una rápida ducha, me vestí con ropa cómoda y me dirigí al comedor para el desayuno.

Encontré a Alex ya sentado en una mesa, devorando una montaña de panqueques. Levantó la vista y me saludó con una sonrisa amplia.

—¡Buenos días, dormilona! —dijo con la boca llena de comida—. ¿Lista para otro día de conferencia?

—Sí, aunque no sé si tengo tanta hambre como tú —respondí, riendo.

Me serví un café y me uní a él en la mesa. Pronto, Jack y Emma también llegaron, trayendo consigo una energía contagiosa. Pronto, Jack y Emma también llegaron, trayendo consigo una energía contagiosa Emma llevaba un vestido ligero que realzaba su figura, y su sonrisa era como un rayo de sol.

—buenos días —dijo Jack dándole un beso en los labios a Alex y se acercó a mí, mientras mis ojos eran incapaces de despegarse de Emma —linda, ¿no?, esta soltera por si te interesa —reí, pero no era broma, Emma era bruja, sin duda, una bruja muy linda que me hechizo

Jack continuó bromeando mientras nos sentábamos a desayunar juntos. Emma parecía radiante, y cada gesto suyo capturaba mi atención de una manera que nunca antes había experimentado. Durante el desayuno, hablamos sobre los planes para el día, que incluían algunas sesiones de conferencia por la mañana y tiempo libre por la tarde.

Después de terminar de comer, nos dirigimos hacia el centro de conferencias. Durante las sesiones matutinas, me encontré pensando en cómo Emma podría estar experimentando todo esto. ¿Estaría sintiendo lo mismo que yo? ¿O simplemente éramos dos personas disfrutando de una conexión fugaz en un entorno temporalmente perfecto?

Luego del almuerzo decidimos salir a recorrer las calles todos juntos, Alex caminaba a mi lado cada cierta cantidad de pasos intentaba meter su pie frente o en el medio de los míos haciendo que mas de una vez estuviera a punto de caerme.

Caminamos y caminamos y compramos mucha comida, Alex y Jack parecían no tener un estomago era como si toda la comida que tocara sus bocas desapareciera, no se llenaban nunca.

En un punto del paseo llegamos a un pueblito, era pintoresco, había muchas cosas lindas por ver allí —Alex, ven conmigo —dijo Jack tomando la mano de mi mejor amigo

Mientras la parejita se alejaba voltee a ver hacia ellos, Jack con sus manos juntas formando la silueta de plegarias y Alex simulando con sus dos manos un beso, lo cual casi me saca una carcajada pues Emma no veía al estar concentrada en su celular.

Emma se volteo a mí con aquel brillo en sus ojos, en los últimos dos días lo había visto bastante seguido, comprobando las palabras de Alex y juntando el comportamiento de ella y el de Jack aquello era bastante obvio, por la manera en que ella intentaba ocultar aquello parpadeando seguidamente me di cuenta que no sabe disimular en lo absoluto.

—¿vamos a allá? —pregunto señalando un puesto al azar muy seguramente.

Asentí y en un silencio que deteste empezamos a caminar, sentía mis manos sudar como si de una niña de doce años viviendo su primer amor se tratase, si no fuera porque podía escuchar mi corazón latir juraría que en algún momento se teletransporto hacia el pecho de aquella castaña a mi lado.

El arte de sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora