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                Capitulo 9  |Estefanía
               

Estar en este hospital era diferente a estar en Francia, ameritaba aquello a estar cerca de Alex, aunque algo dentro de mí me decía que quizás no fuese del todo por él.

Nos encontrábamos en la sala de descansos, mientras hablábamos entre risas y comentarios sarcásticos.

—no es cierto, dime qué no es cierto —Alexandre que tenía la piel tan pálida como un papel, se levantó de su asiento con su celular en su mano, dando zancadas hacia mí.

En la pantalla de aquel dispositivo brillaba la ya famosa y muy mencionada noticia del embarazo de Hailey y Justin. Lo cual me hizo rodar los ojos

—esa debería ser yo, gata rompe hogares —sus ojos parecieron llenarse de lágrimas mientras se acurrucaba a mi lado.

—supéralo, Alex no te ibas a casar con Justin —una de mis manos se posó sobre su hombro dando un ligero apretón.

Justo al frente de nosotros Emma y Jack parecían divertirse con aquella situación.

Los localizadores de las cuatro personas en aquella sala empezaron a sonar lo que significaba que alguna emergencia que requería de nosotros, salimos apresurados de hacia la sala de emergencias mientras Jack intentaba caminar y amarrarse las agujetas al mismo tiempo.

Un tipo que salió disparado de su motocicleta requería una serie de operaciones complicadas debido a la gravedad de sus lesiones y eso involucraba tener que estar juntos de más de cinco horas seguidas.

una fractura en el cráneo era solo una parte del cuadro; su corazón necesitaba también necesitaba atención inmediata, pero una parte de sus pulmones estaba comprometida.

Una vez en el quirófano Alexandre empezó con el procedimiento, tenía que reparar lo más que pudiera su cráneo mientras todos en aquella sala le robamos a dios que no muriera en nuestras manos, Jack quien estaba sentado en una silla al lado del paciente mientras lo mantenía dormido, no dejaba de preguntar cosas y hablar cosas triviales.

—Emma, ¿te sabes el chiste de Pocoyó? —pregunto

Mi mirada se dirigió hacia ella, sus ojos brillaban por la luz del quirófano

—no —dijo mientras se hacía hacia atrás para poder ver a Jack directamente

—tampoco yo —Jack contesto

Tuve que reprimir mi risa, pero Alexandre no lo logró y soltó una carcajada que hizo que todas las enfermeras rieran.

Oh, las enfermeras, tenían chismes muy buenos, y si lo grabas llevarte bien con ellas te regalaban donas, me regalaban donas y me contaban cosas, no podía pedir más

—¿Por qué están tan tensos?, el que está siendo operado es el, no ustedes —Jack volvió a hablar

—Jackson, cállate —lo reprendió Emma

Alexandre negó con la cabeza mientras me veía y yo me encogía de hombros

—Estefanía puedes venir, quiero mostrarte algo que quizás no sepas —me moví hacia el lugar de Jack quien tenía una revista sobre sus piernas.

—¿tú hablas español? —susurro lo suficiente bajo como para que apenas escuchará yo

—sí, pero es un secreto —susurré igual

—claro, claro —dijo —como puedes ver esto es lo que le pasa a l cuerpo mientras estas bajo los estados de la anestesia, es como dormir, pero no te lo inyectes sola, ¿quieres que te anestesie? —me costó captar todas las palabras por el cambio tan drástico de conversación que hubo

El arte de sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora