X. Fin a la Rutina Pt II

3.2K 164 27
                                    

Los nuevos invitados llegaron. Lucas entró con Cris, a quien ya conocían, un tipo amable con sonrisa tímida y mucha clase. También conocieron a Paul, que era divertido y buen oyente. Se integró rápidamente al grupo, especialmente con Álvaro, con quien tuvo un mayor acercamiento. Luego estaban las chicas: Violeta, una pelirroja con una cara tallada por los mismos dioses, era divertida y entendía el humor del grupo, algo más centrada que el resto. Había atraído rápidamente la atención de la dueña de la casa, que desde que llegó no podía apartarle la mirada. Y, por último, estaba Naiara...

—¡Mañooo! —gritó apenas entró y se lanzó a los brazos de Juanjo.

Martin frunció el ceño y dio un trago largo al chupito que llevaba.

—Me encantan estos tipos, ¿de dónde han salido? —Bea se acercó mientras se metía una cucharada de una gelatina de cóctel que había llegado junto a una gran variedad de comida que Kiki había pedido. —Esto está asqueroso —puso una cara de asco mientras le entregaba el postre con alcohol al vasco.

Martin lo probó y le gustó, sin despegar la mirada de Naiara y Juanjo, que en lo que llevaban de fiesta recién se estaban despegando. Mientras la primera se dirigía hacia sus amigos, Juanjo venía hacia él. Hacia él y Bea, claro.

—Naiara está loca, quiere invitar a más gente —llegó quejándose.

Bea lo miró incrédula —No creo que a Kiki le guste la idea.

—Kiki está en la luna con Violeta —se burló el más alto—. Y mira Álvaro con Paul, por favor —carcajeó al ver a su amigo prácticamente encima del mencionado.

Martin carcajeó en silencio —Hoy folla —soltó descarado, los chupitos ya hacían efecto en él, ya que era lo primero que decía en mucho tiempo.

Juanjo lo miró con gracia y algo de calentura. Su mirada le decía que el que follaba esa noche sería él.

—Joder, se ha hostiao —Bea corrió hacia Álvaro, que se había caído de lo alcoholizado que ya estaba, mientras Paul intentaba levantarlo, ya que había caído a sus pies.

Juanjo rio y acompañó a su amiga, pero su mirada continuaba perdida en el vasco.

Martin no le quitaba la mirada de encima, su sonrisa ladeada le decía todo lo que quería hacerle. Juanjo lo miró de vuelta, y en ese momento sintió cómo su miembro se endurecía al ver cómo el vasco lamía su cuchara sensualmente sin quitar los ojos del contrario.

—Martin, te estás pasando —Ruslana lo regañó, llegando por la espalda.

El vasco la miró confundido. —¿Cómo?

—Que ya tus insinuaciones son muy...

Martin frunció el ceño. Si supiera que sus insinuaciones ya habían tenido resultado hace mucho, se quedaría resentida por los acontecimientos. Le daban unas ganas de presumírselo.

—¿Déjame, no? Que yo no te digo a ti lo que haces...

—Ya, amor, pero... ummm, ¿cómo lo digo para no sonar tan mala persona?

—Dilo y ya —rodó los ojos, ya fastidiado.

—Que yo sí podría tener oportunidad con él —tomó su brazo con pena—. Pero a ver, amore, que no lo digo para hacerte sentir mal, es divertido lo que hacemos con Álvaro...

—Pero me estoy pasando, ¿no?

—No quiero que te creas algo que no pasará y termines sufriendo —acarició su brazo.

Martin supo que todo lo que soltó no lo dijo con mala intención. No sería la primera vez que su mejor amiga lo veía ilusionarse con un heterosexual y que terminara con el corazón roto por no ser correspondido.

No Puedes Gustarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora