VII. Last First Kiss

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—¿Y Martin?

El viernes llegó y Juanjo, como había acordado con Ruslana, pasó por su piso para recogerla y llevarla a casa de Kiki, donde se harían las previas para el "distanciamiento temporal". La verdad es que lo estaban llevando mal; cada día recibía un mensaje nuevo con quejas de uno u otro en el grupo que habían creado.

Él tampoco lo estaba pasando bien, y no era por los exámenes. Los pensamientos hacia el vasco se intensificaban, los sueños también, y ahora tener que venir a su piso le ponía los nervios a flor de piel. Tener que encontrarse cara a cara nuevamente con el vasco, después de haber estado stalkeando sus redes sociales cada noche y de haber superado la etapa de negación... Estaba aquí, en su piso. Pero el vasco no.

—¡Oh, amor! ¡Está en una cita! —contestó alegre mientras se terminaba de alistar—. Salió desde hace mucho, irá directamente a casa de Kiki, tranquilo.

Juanjo sintió una punzada de celos al escuchar eso. "¿Martin en una cita?", pensó, sorprendido y molesto. "¿Con quién demonios está saliendo?". No entendía por qué le afectaba tanto, pero la idea de que Martin pudiera estar interesado en otro chico lo inquietaba profundamente. "Maldita sea, no sabía que me importaba tanto", pensó, intentando sacudirse la incomodidad que lo embargaba.

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Martin se bajó del coche del chico con el que había salido. Era un tipo random de una de sus clases que lo había invitado a salir, pero fue una pérdida total de tiempo. No sintió nada.

Lo peor fue que comparaba cada pequeña acción del chico con lo que haría Juanjo, y sí, solo aceptó porque tenía un ligero parecido al aragonés. Pensó que eso le ayudaría a quitarse de una vez los pensamientos que tenía hacia el mayor, a quitarse el crush que estaba formando en él, que era su amigo, y así se quedaría. Pero su cerebro no colaboraba.

Ingresó a la casa de su amiga luego de que esta le abriera y lo abrazara efusivamente después de no verse en una semana. Al llegar al salón, se dio cuenta de que el resto ya estaba ahí, incluyendo a la razón de sus pensamientos constantes.

Juanjo lo recibió con una mirada desinteresada, como la primera semana que se conocieron. El resto se levantó a abrazarlo y preguntarle qué tal la cita.

—Estuvo bien, pero nadie se compara a mi Juanji —soltó descarado mientras se sentaba junto al más alto, ya que este no se acercó a él.

No podía evitarlo, inconscientemente su cuerpo se movía hacia él, su cerebro pensaba por él, y la vergüenza desaparecía de su ser solo con verlo.

Bea rió —Pero, ¿qué pasó? Danos detalles, chico.

Martin se contagió de la risa —No pasó nada, chicos, era un tipo aburrido y sin gracia —contestó sincero.

Álvaro gruñó —¡Genial! Voy a seguir teniéndote como rival —soltó sarcástico—. Pero Juanjo es mío, así que no lo intentes.

Ruslana empujó al chico en forma de queja —Sí, maricón, sí, cuando te crezcan tetas.

Juanjo se quedó callado y negaba divertido a las bromas de sus amigos, pero en su interior no dejaba de pensar en la cita del más bajo.

—No nos habías contado que estabas buscando novio, Martin —soltó Juanjo "indiferente" mientras tomaba de su copa.

Martin se sorprendió, no se esperaba para nada ese comentario, y menos de parte de Juanjo. Así que solo levantó sus hombros desinteresadamente. —No ando buscando novio. — dirigió su mirada directamente a los ojos del maño —Busco a alguien que me haga dejar de pensar.

—Busca a alguien para follar —soltó la pelirroja en forma de burla interrumpiendo la conversación.

Kiki la miró indignada —¿Por qué intentas dejar siempre a Martin como una putita? —soltó molesta.

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