XXX. Made in Portugal

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—¿Tenéis todo en orden? —Denna se dirigió a Alex y a Lucas, que asintieron de inmediato. —Perfecto, entonces vamos a por ello...

Juntos entraron en la casa de la ya conocida anfitriona, que se había convertido en su punto de encuentro recurrente. Pero esta vez no era para montar una de sus míticas fiestas o hacer unas previas. Esta vez se reunían para planear la mejor fiesta de fin de curso que se pudieran imaginar.

—¡De payasos! —la voz de Álvaro se alzó por encima de todos, sugiriendo una temática para la fiesta.

—Hadas, please, I need to dress up—Chiara rogaba desde una esquina.

—De Harry Potter —Martin y Juanjo dijeron al unísono, sin poder evitar mirarse y sonreírse.

Denna los observó detenidamente. No podía creer que hubiera odiado la pareja que formaban durante tanto tiempo. Solo con ver cómo se miraban, cómo Juanjo no podía apartar la mirada de Martin ni un minuto y cómo estaba pendiente de cada necesidad del vasco, y cómo Martin lo miraba con tanto cariño, dispuesto a entregarle su corazón si se lo pedía. Había estado tan cegada que, cuando terminaron, sintió una extraña tristeza, incapaz de ver infeliz al hombre que tanto tiempo había amado.

Después de verlos tan cómplices, miró a Alex y a Lucas con decisión, dejándoles claro a qué habían venido.

—¡Vale, vale chicos! —Denna pidió la palabra. —Vamos a organizarnos: Ruslana, Álvaro y Paul, vosotros os encargáis de la publicidad, carteles, invitaciones y todo lo relacionado, sois los que tenéis más estilo aquí —dijo, haciendo que se levantaran y chocaran los cinco.

—Yo también tengo buen estilo —soltó indignada Kiki.

Denna asintió. —Sí, amor, por eso tú y yo nos encargaremos de buscar una temática para el evento, decoración, fondos, ya sabes.

—Love it, quiero hacerlo —se alegró la mencionada.

—Seguimos, Bea, Violeta y Lucas os encargáis de buscar la discoteca, con los contactos que tenéis entre los tres encontraréis la mejor —continuó Denna.

—¿Quiénes quedan? —preguntó Violeta, apuntando todo lo que iban planeando.

—Juanjo y Martin —les dirigió la mirada a cada uno. —Os encargáis de hacer las compras, necesitamos bebidas para las previas...

—Puedo ir en vez de Martin —Ruslana se ofreció, haciendo que todos se rieran.

—¡No! —Denna se interpuso. —Tú tienes que hacer los anuncios, ya hemos quedado, ellos son los únicos que no tienen tarea.

Álvaro interrumpió con un carraspeo. —Pero hemos reservado el VIP de la discoteca, pueden ir otro día —soltó como excusa.

—Da igual, eso es dentro de tres horas, pa —bufó Lucas.

—Alex tampoco tiene tarea, puedo ir con él —intentó resolver Martin.

El mencionado negó con una sonrisa socarrona. —Yo no tengo coche, ni me mires.

Lucas empujó a Juanjo y Martin hacia la puerta. —Juanjo tiene coche, solo id y nos encontramos en la discoteca, ¿vale?

Alex se reía al fondo, siendo el único que entendía lo que pasaba.

Durante el camino al supermercado, se mantuvieron en completo silencio, solo la música de fondo sonaba para cubrir la incomodidad. Era la primera vez que volvían a estar a solas y en silencio. Era la primera vez que su silencio era incómodo, ninguno sabía qué decir, y mucho menos intentaban dar el primer paso.

Juanjo fue el primero en decidir tomar el riesgo. —¿Cómo has estado, Martin?

Otra vez esa pregunta tan incómoda, como si fueran unos completos desconocidos, como si nunca se hubieran despertado juntos desnudos.

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