9

2.7K 400 13
                                    

Con cuatro magos trabajando en maldecir la gran mansión , Maxímo creyó que acabarían el trabajo rapido, pero la realidad resultó ser otra, quitando los intentos del espíritu por matarlos o el que los tres niños les lanzaran flechas, bombas y cuchillos mientras no veían, lo que mas les estaba quitando tiempo era el hecho que Homero y Lucas agarraban a los dos maestros mayores para pelear con espadas y los distraían todo el día, dejando a los dos adolecentes a cargó del trabajo.

Trabajo que no completaban por estar peleándose para ver quien pasaría más tiempo al lado del doncel.

En esos largos y terribles días, los dos adolecentes sufrieron pequeños accidentes, Bill fue alcanzado por las bombas de Pericles un par de veces y aun sentía los dientes de las pirañas en su mano después de haberlas metido por accidente en la pecera, pero nada que la pociones de la abuela Addams no arreglaran... o desarreglaran... todo dependía de como reaccionaba el paciente.

Por otro lado Sebastian, en un intento de cortejar al doncel se comió sus chocolates personales, envenenándose con arsénico y cianuro por los mismos, termino completamente calvo gracias a una de las pociones de Merlina y el señor ´´bigotes´´, el león de los Addmas parecía creer que era su juguete masticable.

Sus habitaciones no cambiaron para nada, Maxímo y Bill aun dormían en el cuarto de tortura, mientras que Sebastian y su maestro estaban ubicados en el ático, al lado del armario donde estaba en cuerpo del tío Nik Nak, dedos se divertía mucho despertándolos por la mañana.

Curiosamente ese día Bill se levanto apagado, sin energías y con oscuros círculos alrededor de sus ojos, ese mismo día terminarían todo el trabajo maldiciendo el pantano detrás de la mansión y cada uno se iría para sus hogares después, motivo por el cual el peli rojo se sentía mal.

Sin ganas de nada y con sus cosas ya listas en su baúl, bajo hacia la cocina, esa mañana Eudora había hecho su cacerola especial de ojos de iguana y sanguijuelas podridas para el desayuno, decir de los otros tres magos solo masticaban el pan de la mesa y tomaban agua era poco, si bien las otras comidas eran raras y trataban de matarlos, ningunas de ellas especificaba de que estaba hecho y aun podían comérselas a pesar del sabor asqueroso.

Bill ignorante de estas agarro una cuchara llena de sanguijuelas y se la comió como si nada, riendo imperceptiblemente ante el sonido de las arcadas que hacia Sebastian, Maxímo lo miro con el seño fruncido, pero negó en silencio poco después.

-me alegra que no rechaces la comida muchacho, hay algunos que no tiene el estomago tan fuerte como tu -Maxímo le dio unas fuertes palmadas en la espalda y termino en silencio su desayuno

-me alegra que a alguien le guste mi comida, es en agradecimiento por redecorar el cementerio, sus dos muchachos hicieron un gran trabajo allá atrás -dijo Eudora

Bill se ahogo con su jugo de jengibre y agua de pantano, mientras que Sebastian se encogía en su silla por la mirada que le daba su maestro, ellos no habían redecorado nada, más bien rompieron algunas lapidas y algunas tumbas explotaron con todo y huesos mientras ellos se batían a duelo para ver quien de los dos le preguntaría al doncel que maldición le lanzarían al lugar.

Después de haber roto y movido la mayoría de las lapidas, los dos trataron de reparar los daños, pero solo consiguieron que el lugar pareciera mas caótico que antes.

-si hicieron maravillas con el lugar, cada ves que paso por ahí puedo ver el esqueleto del primo Balthazar en el suelo, me traer tan buenos recuerdos -Homero canturreo feliz y beso la mano de Moticia con amor y anhelo

-¡OH! Homero, el funeral de tu primo, como olvidarlo -Morticia miro a los cuatro magos con una sonrisa y explico -Homero y yo nos conocimos en el funeral de su primo Balthazar, en ese entonces aun sospechaban que el lo había matado

Harry AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora