CAPÍTULO

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Flor:

—Te has pasado —Es lo primero que le digo sacándole una sonrisa de superioridad—.

—¿No te gustó el pony? Porque a Eileen sí —La medio señala—.

—Pensé que el morado y el rosa no eran tus colores, gruñón —Le tiene ese apodo y aún no sé cómo Taylor no le refuta por eso—.

—Esos colores dan un mensaje —Le dice mientras me mira jodiéndome la paciencia—.

—¿Qué hacías hablando por teléfono, tampoco descansarás hoy? —Le reclamo alzando una ceja—.

—No tengo una niñera —Me aclara acercándose un poco a mí para alejarse al mismo tiempo—. Vamos a sentarnos.

Volvemos a los demás, pero nos sentamos en una sola mesa para nosotros tres, sigo viendo mí alrededor es un lugar muy bonito, un club deportivo al aire libre. Dejo de prestar atención a todo cuándo suena mí teléfono en un mensaje y lo reviso al saber quién es, a las personas de mayor interés les tengo un tono de notificación diferente para no perder el tiempo adivinando quiénes son los que me escriben.

Estoy en la mansión recogiendo los papeles, luego voy al club, ¿No necesitas algo?.

Yo no necesito nada, veo a Eileen.

—¿Necesitas algo de la mansión? —Se queda pensativa—.

—A Dangerous —Asiento empezando a teclear en él teléfono—. ¿Quién lo traerá?.

—Shuyin —Suspira relajada, cuida mucho sus cosas—.

A Dangerous, petición de Eileen.


Vale.

Tengo a Taylor a mí lado izquierda y Eileen en el derecho, pero ya un poco más al frente, dejo mí teléfono a un lado para ver al hombre que me come con la mirada.

—Deberías de tener todo un personal gay, así no tengo más problemas cómo éste —Señala un golpe en su labio que ya empieza a ser poco perceptible, le termino dando un pequeño golpe en el hombro que tengo muy en claro que no le hizo nada—. ¿Por qué me pegas, a caso te ha gustado lo que pasó?.

—Cállate —Demando de mala gana dejándolo de ver para mirar al frente y ahí siento cómo su mano se posa en mí muñeca vendada—.

—¿Te duele aún? —Me pregunta sin dejar de detallar todo—.

—Un poco de molestia —Su mandíbula se tensa y por eso con mí mano izquierda sin importarme la molestia que puedo llegar a sentir tomo su mano—. No te preocupes, ya todo pasó.

—¿Estás segura que solo han sido dos veces? —Asiento—. Porque sino lo mato, de por sí casi lo iba hacer con ésto. Ningún hombre en la vida te toca, mientras yo viva nadie te maltrata, Flor.

Me quedo callada al no saber qué decir, Eileen se baja de su puesto yéndose a Dominic, nos quedamos viendo cómo los niños se quedan jugando con la Tablet que carga el hijo de Farrell y Phoebe Lennox.

Escucho un leve gruñido, se me sale una sonrisa burlona cuándo Taylor vé a su hija con él entrecejo fruncido.

—¿Celoso de tú hija? —Deja de verla para mirarme—.

—No, solo vigilo su entorno —Me saca una leve risa haciendo que me vea con más intensidad—.

Siempre hace eso cuándo me río o sonrío e igual que siempre me termino sonrojando cada vez que eso pasa. Seguimos viendo todo en silencio, pasa un rato y llega Shuyin con él lobo, todos se quedan sin habla al ver de qué animal se trata.

Entre Mí CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora