(57)
Flor:
Me remuevo en mí sitio aún sin abrir los ojos, me sigo moviendo al sentir cómo hacen caricias en mí rostro.
—Despierta, llegamos —Al escucharlo abro los ojos y apartó su mano inmediatamente de mí rostro—. No me digas que vamos a estar en todo éste viaje así.
—Cállate —Demando colocándome en pie—. Eileen, levántate, ya llegamos.
Se restriega sus ojitos con las manos toda soñolienta. Agradezco que en este viaje de ocho horas se comportó de maravilla, solo que no sé que lugar es éste, cierto hombre no quiso decir nada.
Él se acerca hasta nosotras y sin dejar de verme me quita a Eileen para él llevársela y dejarme a mí sola. Bajamos del avión privado que en su momento no pude detallarlo bien al sentirme muy cansada y tirarme a dormir.
Al bajarme me quedo viendo las iniciales inscritas que tiene, al darme cuenta ni tan siquiera respiro, algo en mí se remueve. En mis adentros río sin gracia, ésto es una verdadera broma.
—Acaba ya con este juego —Pido cuándo lo siento detrás de mí—.
—No voy acabar ni mucho menos ésto es un juego —Me giro viéndolos—. Es nuestro avión y sí no quieres pues esas iniciales las tiene Eileen al fin y al cabo.
“NDM” Esas son las benditas iniciales.
—¿Mío? —Pone una cara confusa la niña—. Ni leo y ya tengo un avión.
Alzo las cejas mientras niego. Soy la primera que entra en la camioneta seguido de los otros dos y así el chófer arranca a quién sabe dónde, pasa una hora que seguimos en vía y me percato de los paisajes tropicales.
No tengo mí teléfono para ver la ubicación. Hermosas playas se hacen presente y sí no fuera amante a ellas no supiera en dónde estoy, guardo mí sonrisa al saber que estamos en Jamaica.
—¿En qué parte te gustaría pasar unas vacaciones tranquilas? —Su pregunta repentina me hace verlo—.
—Nunca he ido, pero sería un sueño ir a Jamaica y disfrutar de sus hermosas playas —Le respondo tranquila—.
No puedo creer que han pasado tres años de eso y lo tiene más que presente. Siento su mirada puesta en mí, pero no le doy el placer de conectar miradas, sigo viendo por la ventana mientras escucho cómo él y Eileen hablan sobre el lugar.La camioneta se estaciona seguidas de otras más en dónde vienen los escoltas… Nos reciben cuándo llegamos a un gran hotel de más de cinco estrellas, al estar anonada por todo bajo la guardia y en eso me colocan un collar de flores.
Sigo viendo cada detalle de todo, tomo una bocanada de aire al saber que todo esto es del padre de mí hija, tiene la manía de colocar una gran “N” de oro en todas sus propiedades.
Despierto de la ensoñación cuándo él me toma de la mano, me esfuerzo para que me suelte, pero es en vano. Ambos con nuestras manos entrelazadas y él cargando a nuestra hija llegamos a la recepción.
—Bienvenidos al Hotel N&J, familia Nobéli —Enarco mí ceja y no solo por sus palabras sino por la actitud de la mujer, se queda viendo descaradamente a Taylor—.
Llega otra chica que le hace compañía y es ella quién se me queda viendo, frunzo mí entrecejo cuándo siento cómo Taylor me apreta suavemente la mano. Genial, a él sí lo pueden mirar, pero a mí no, además que es una mujer, yo no soy ninguna lesbiana.
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Entre Mí Camino
RomantizmEn un mundo donde el poder y los negocios se entrelazan, Taylor Nobéli, un joven empresario de 26 años, se enfrenta a la presión de ser el heredero de un imperio empresarial que abarca toda Europa. A pesar de su éxito, Taylor lleva consigo las cicat...