CAPÍTULO 11 - MOMENTOS DE TENSIÓN Y TERNURA

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Ya era un nuevo día, y Toya y Shoto caminaban por la calle dirección a la tienda de Keigo. El pequeño cargaba con una bolsa de tela con bastante orgullo, mientras que Toya vigilaba que tuviese cuidado mientras en su cabeza no dejaban de repetirse los sucesos de la noche anterior. Ese momento en que tuvo a Keigo en sus brazos, contra esa pared; en el momento no pudo reaccionar, pues el susto estaba muy presente, pero sus caras habían estado a muy poca distancia, no se percató de ello hasta que se fue a dormir, y ya calmado la imagen se desveló en su mente.

Al llegar, las puertas automáticas se abrieron y la musiquita les anunció su llegada. No había nadie, algo que Toya agradeció, caminaron hasta el mostrador, donde Keigo los recibió con una sonrisa.

—Buenas tardes —dijo el rubio mirando a Toya y luego a Shoto.

—Hola, Keigo —respondió el niño y se acercó corriendo ocultando la bolsa en su espalda.

—Hola —saludó Toya —¿Qué tal estás?

Keigo sonrió.

—Bien, gracias, hoy está siendo un día tranquilo, apenas ha venido nadie.

—¡Keigo, Keigo! —Shoto llamó su atención y le tendió la bolsa, impaciente por enseñársela.

—Vaya, estabas deseando enseñársela ¿eh? —rio Toya.

Keigo salió de detrás del mostrador y se acercó a Shoto.

—Oh, ¿y esto?

—Es un regalo de Fuyumi —dijo el niño —también es mío.

Keigo miró a Toya buscando alguna explicación.

—Mi hermana ha preparado una tarta esta mañana y ha hecho una mas pequeña para ti —dijo Toya —dice que lo tomes como una disculpa por lo que pasó ayer.

—Oh...

—Si —Shoto lo miró —perdón por ponerme mal.

Keigo le puso una mano en la cabeza.

—No tienes que disculparte —el rubio agarró la bolsa y miró a Shoto guiñándole un ojo —esto nos lo vamos a comer tú y yo luego con un batido de chocolate.

Shoto emitió una amplia sonrisa. Toya se rascó la cabeza y sonrió al ver como Keigo lo miraba y también le guiñaba un ojo.

—Vaya, que suerte —dijo Toya fingiendo sentirse apartado —ya veo que os lo pasáis muy bien sin mi...

—A ti te guardaré un poco para cuando vengas de tu trabajo —respondió Shoto.

—Mas os vale —Toya volvió a sonreír y miró a Keigo.

Tras dejar a Shoto y asegurarse de que se iba a portar bien, Toya se despidió y se fue caminando hacia el bar de Jin.

Al llegar, todavía no habían abierto, por lo que al atravesar la puerta, se topó con Jin con una tablet en la mano revisando unas cosas.

—Buenas tardes, jefe —saludó el pelirrojo.

—Oh, Toya, que bien que llegas, necesito ayuda. Toga-chan no puede venir hoy por motivos personales, así que te toca trabajar un poco mas, ¿te supone algún problema?

—No, claro...

—No te preocupes que este esfuerzo se verá reflejado en tu sueldo.

La puerta de la calle se abrió y ambos miraron, viendo como Tenko entraba como si nada.

—Hola —saludó Tenko y se alegró de ver allí a Toya —hombre, Todoroki, ¿ya te toca?

—Hola, Shimura, si, y hoy tengo trabajo doble por lo visto —comentó Toya justo en el momento que la puerta volvía a abrirse y un chico con el pelo morado y tatuajes por su cuello entraba.

—Tenko, ya he aparcado... —Spinner se quedó un momento callado al ver a Toya, pero rápidamente reaccionó —hola.

Toya lo miró y lo reconoció de la otra noche.

—Oh, Iguchi-kun... —en ese momento los ojos de Toya pasaron de Tenko a Spinner y viceversa.

Tenko que vio que su amigo parecía estar cortocircuitando, rodó los ojos y agarró de la camiseta a Spinner y le dio un beso en los labios.

—Si, es mi novio —confirmó Tenko mirando a su amigo.

Toya abrió mucho los ojos, no tenía idea de que Tenko tuviese pareja, lo que le hizo pensar en aquella noche en el bar y su "altercado" con Jin.

Tenko que podía leer con claridad los pensamientos en la cara de Toya suspiró.

—Todoroki, tranquilo, Shui sabe lo que pasó.

Spinner lo miró confuso.

—¿El que sé? —preguntó.

Tenko lo miró y sonrió de forma nerviosa.

—Lo que pasó el otro día con Jin —le dijo señalando al rubio que seguía atendiendo sus cosas a unos metros de ellos.

Spinner parpadeó varias veces.

—Yo no sé nada...

Toya de repente se sintió algo abrumado y nervioso, por lo que sin hacer ruido comenzó a alejarse de ellos, mientras Spinner agarraba a Tenko del brazo y lo llevaba a una esquina del bar. Toya se acercó a Jin.

—Jin-san... creo que vas a tener que explicarle algo al novio de Shimura.

El rubio, sin saber que decía miró hacia la pareja que hablaba en una esquina, viendo a Tenko algo alterado pidiendo perdón, mientras el chico de pelo morado lo miraba con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Shui... estoy seguro de que te lo dije... —Tenko hablaba con nervios.

—No, tú me dijiste que habías bebido mucho y que discutiste con tu amigo, el jefe del bar y que le pediste a Todoroki que te llevase a casa... no me dijiste nada de que hiciste eso con él...

—Pe-pero no hice nada de verdad... so-solo bueno...

Spinner miró de forma sería a Tenko.

—Tenko, sabes muy bien que confío en ti, y sé muy bien que nunca harías nada para molestarme o hacerme daño, y puedo entender que bebiste mucho y pasó algo con él, pero lo que no me gusta es que me mientas...

—Pe-pero...

—Perdonad.

Ambos miraron a su lado, Jin los miraba con una mano en la nuca, contemplando los semblantes de los dos chicos, uno algo molesto y otro apenado.

—Si sirve de algo... siento lo que pasó, yo soy el mayor y debí controlarme un poco, sé que no es excusa, pero habíamos bebido mucho y bueno... lo siento. Y por si te quedas mas tranquilo, a mi realmente no me gustan los hombres...

Spinner miró al rubio, su explicación no ayudaba mucho, pero al menos había sido sincero no como su supuesto novio. Miró a Tenko y luego miró a Jin, suspiró y cerró los ojos rascándose una ceja.

—Jin-san, gracias por contármelo, es más de lo que ha hecho Tenko, se lo agradezco, aunque no lo exime de culpa.

—Lo se... —se disculpó Jin —como muestra de arrepentimiento hoy todo lo que pidas invita la casa.

Spinner lo miró sorprendido.

—Vaya, gracias.

Jin se apartó para seguir con sus cosas y volvieron a quedarse solos los dos chicos.

—Shui... ¿me perdonas? Te prometo que no lo volveré a hacer —suplicó el peliceleste juntando sus manos y mirándole con ojos de perrito.

Spinner lo miró de forma seria, pero relajó su semblante casi en el acto.

—Te perdono, pero porque tu jefe está bastante bien...

Tenko sonrió y sus ojos brillaron.

—Muchas gracias, Shui... —dijo mientras lo abrazaba y comenzaba a besarlo por toda la cara.

Toya que ya había empezado a colocar las mesas miraba de vez en cuando a la esquina y al verlos abrazados se alegró de que hubiesen hecho las paces, no pudo evitar pensar en Keigo y en como lo tuvo en sus brazos la noche anterior.

Porque Te Fuiste (Dabihawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora