CAPÍTULO 7 - ACEPTACIÓN Y PERDÓN EN EL HORIZONTE

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Ya era por la tarde, Keigo se encontraba reponiendo algunos productos de las estanterías de la tienda cuando la musiquita de la puerta empezó a sonar, dirigió su mirada a uno de los muchos espejos que había por la zona, espejos que le dejaban ver quien entraba estando él en cualquier parte de la tienda; se los pidió instalar al encargado hace un tiempo, tras el incidente.

Keigo pudo ver la pelirroja cabellera de Toya por esos espejos, suspiró y dejó las cajas en el suelo, caminando hasta el mostrador, donde al llegar, la brillante sonrisa de Shoto atrajo por completo su atención, una sonrisa que le contagió, por lo que él también sonrió al pequeño.

—Hola, Shoto-kun, ¿Qué tal estás hoy?

—Muy bien, tenía ganas de verte —sonrió el pequeño.

—Oh, ¿en serio? —Keigo sonrió y miró sutilmente a Toya, que tras el pequeño también sonreía, aunque de una forma mas apagada. Keigo apartó la mirada del pelirrojo, pensando en todo lo que habló con Rumi, y teniendo flashes del encuentro de esa mañana con Tenko y Spinner.

—¿Seguro que no te importa quedarte con él? —preguntó Toya —no quiero molestarte...

Keigo lo miró, seguía molesto, era algo que dudaba que se pasase de un día para otro, seguía sin compartir los métodos con los que Toya manejó toda la situación, aunque entendía el porqué, aun así, todavía era reticente a perdonarle completamente. Miró a Shoto, y pensó que el pequeño no tendía que responder por los actos de su hermano.

—Tranquilo, te dije que lo haría y lo haré... yo cumplo lo que prometo.

Toya tragó saliva ante ese ataque, al cual no pudo responder, simplemente asintió y agachó la cabeza.

—Bueno, pues en unas horas paso a por él —le dijo a Keigo y miró a Shoto —pórtate bien y no molestes a Keigo.

—Si, me portaré bien —dijo Shoto con una sonrisa y se acercó a abrazar a su hermano. Keigo los miró, viendo en ellos una relación muy bonita de hermanos, algo que no recordaba de hace cuatro años, donde a Toya no parecía importarle su familia.

—Bueno, pues me voy ya... —dijo Toya y se volteó para irse.

Antes de llegar a la puerta, Keigo se acercó a él con pasos largos y le detuvo.

—Toya, espera...

El pelirrojo se volteó, había pensado en la conversación con su hermana de esa mañana, todavía no se sentía preparado para contarle a Keigo toda la verdad, pero entablar amistad con él, en esos momentos parecía algo complicado, y sobre todo con la actitud fría de Keigo.

—¿Sí?

Realmente Keigo no supo el porqué había hecho eso, esa manía suya de querer ayudar a todos y mas cuando pudo ver en los ojos de Toya que de alguna forma pedía ayuda.

<Soy tonto>

—Quería pedirte perdón por mi actitud ayer... tú me contaste todo eso y yo me comporté como un niño pequeño...

Toya lo miró sorprendido, pues no esperaba eso, es mas, vio normal su reacción, no pensó en ningún momento que había sido infantil.

—Keigo... yo no...

—Aunque no acepto esa explicación, sé que fue difícil para ti hacer todo eso, y me alegro de que todo saliese bien... ayer simplemente me tomó todo por sorpresa y no supe reaccionar bien, lo siento... —Keigo hizo una leve reverencia.

–Ke-Keigo... no hace falta... la-la culpa fue mía...

—Si... pero eso no quita que yo me comportase mal... y bueno solo era eso... ve con cuidado.

Porque Te Fuiste (Dabihawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora