CAPÍTULO 57 - EL PASADO (PARTE 2)

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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:

En el capítulo anterior, Keigo, de 13 años, fue acosado por un grupo de chicos mayores en un descampado. Cuando estaba a punto de recibir una golpiza, un joven de aspecto rebelde llamado Toya, alias "Dabi", intervino para ayudarlo, enfrentándose a los abusones y logrando que huyeran. Aunque Toya se mostró arisco e indiferente, Keigo le agradeció por salvarlo. Al día siguiente, al llegar al instituto con su amiga Rumi, Keigo descubrió con sorpresa que Toya también estaba en su misma clase, lo que dio inicio a una incómoda y tensa interacción entre ellos.

 Al día siguiente, al llegar al instituto con su amiga Rumi, Keigo descubrió con sorpresa que Toya también estaba en su misma clase, lo que dio inicio a una incómoda y tensa interacción entre ellos

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Era la hora del descanso, y Keigo y Rumi, como cada día, buscaban una parte del patio del instituto para sentarse y comer, salvo que ese día su tema de conversación fue Dabi.

—Entonces, no se llama Dabi —dijo la chica, agarrando sus palillos y comenzando a comer de su bento—, se llama Toya Todoroki.

—Toya... —susurró Keigo mientras se llevaba a la boca una porción de arroz—. Cuando el profesor dijo su nombre, me quedé algo atontado.

Mientras hablaban, los ojos de Keigo se desviaron hacia la silueta de un chico de pelo negro y tatuajes en la cara. El chico caminaba por el patio, con las manos en los bolsillos y con gesto molesto. Durante el tiempo que había estado en clases, Keigo pudo ver que Toya no era un chico muy educado; en menos de tres horas había recibido una amonestación del profesor y ya había ido al despacho del director dos veces.

Keigo pudo ver desde el primer momento que Toya era alguien problemático, pero no podía hacer como si lo que pasó el día anterior no hubiese ocurrido, ya que aunque fue sin intención, lo salvó de esos abusones.

—Keigo, si lo miras tanto, le vas a hacer un agujero en la cara...

Keigo se sobresaltó con el comentario de Rumi y rápidamente apartó la mirada.

—No lo miraba... solo estaba viendo qué hacía.

—Ya... —Rumi miró en dirección a Toya, quien justo estaba entrando en una pelea con un chico mayor que él. Volvió a mirar a Keigo y suspiró—. Keigo, no pienses que tú eres el que lo va a cambiar y lo convertirás en un chico normal. No seas tan ingenuo y deja tus traumas lejos de ese maleante.

Keigo la miró.

—Oye, deja de sacar mis traumas en cada cosa que hago... —se quejó el rubio.

—Soy tu amiga y te digo las cosas como son. Solo con ver cómo lo miras puedo saber que quieres "ayudarlo", pues sientes que eres responsable de alguna manera de que ese chico esté bien, ¿o me equivoco?

Keigo desvió la mirada; le molestaba cuando Rumi acertaba.

—Cállate...

La vida familiar de Keigo había afectado de alguna forma su mente, y desde hacía años sentía la necesidad imperiosa de ayudar a los demás, lo que le había ocasionado muchos problemas: ansiedad, depresión y algún que otro problema más. Con el paso del tiempo, esa necesidad fue reduciéndose, pero aún se mantenía.

—Di en el clavo —rió la chica.

Keigo iba a protestar, pero unos gritos llamaron su atención y la de Rumi, y de la nada algo cayó sobre él, tirándolo al suelo.

—¡Keigo!

Tras un momento de caos, Keigo pudo ver que alguien había caído encima de él, y cuando pudo enfocar su mirada, vio la cabellera negra de Toya. Durante la pelea que el pelinegro estaba teniendo con ese chico mayor que él, éste lo empujó y fue a caer sobre Keigo.

—Mierda... —dijo Toya, levantándose y sacudiéndose el polvo mientras miraba al que lo había empujado—. Voy a mat...

—Ugh... —un jadeo de dolor atrajo su mirada tras él. Al mirar, pudo ver a Rumi arrodillada al lado de Keigo, que estaba en el suelo sujetándose el brazo, el cual parecía dislocado por el impacto de la caída.

—Espera, Keigo... te llevaré a la enfermería...

—Ugh... me duele mucho —dijo el rubio, sujetando el brazo, el cual no podía mover.

Rumi lo sujetó con cuidado y miró hacia Toya, mientras varios alumnos se acercaban a ver qué había pasado.

—Tú, Todoroki —señaló Rumi.

—Me llamo Dabi, estúpida —respondió con molestia y casi gritando el pelinegro.

—Me importa una mierda, lleva ahora mismo a mi amigo a la enfermería —ordenó la chica.

—¿Y por qué mierdas iba a hacer eso? —respondió con una sonrisa burlona.

Rumi se levantó y se puso frente a Toya; no era mucho más baja que él, por lo que lo miró directamente a los ojos.

—Porque si a mi amigo le pasa algo, te voy a dar tal patada en ese apestoso culo tuyo que no solo no te vas a poder sentar, sino que tendrás que usar silla de ruedas toda tu vida.

Toya sonrió.

—¿Crees que me asustas? —respondió a la amenaza de la chica.

—Más te vale...

—Ugghhh.

El gemido de Keigo atrajo la atención de la chica, quien con cierta impotencia miró a Toya.

—Eso fue culpa tuya, solo llévalo; yo sola no puedo.

Toya iba a replicar, pero los gemidos de Keigo ahora eran más ruidosos y más angustiantes.

—Está bien... —se acercó a Keigo y lo levantó en brazos casi sin esfuerzo—. Vamos, pardillo.

Keigo sentía demasiado dolor para ser consciente de lo que pasaba; no pudo procesar que estaba siendo llevado en brazos por el maleante del instituto, el chico problemático de su clase.

Al llegar a la enfermería, la enfermera lo miró y, con ayuda de Toya, quien se quedó allí un rato, colocaron el brazo de Keigo en su sitio. La enfermera le dio un analgésico y lo dejó descansando en una de las camas, mientras Toya se había sentado en una silla.

—¿Puedo irme ya o qué? —preguntó de mala gana.

—Sí... siento que Rumi te obligara a llevarme... —dijo Keigo, tumbado en la cama, mientras todavía se sujetaba un poco el brazo.

—Bah... —Toya se levantó y se acercó a la puerta.

—Todoroki...

Toya se volteó.

—Me llamo Dabi.

—Lo siento... solo... gracias... otra vez.

Toya resopló.

—Deja de meterte en mi camino; estoy harto de ayudar a un inútil como tú. No me hables y pasa de mí.

Tras eso, Toya cerró la puerta y dejó a Keigo tumbado en la cama, con el dolor cediendo y una extraña sonrisa en su cara.







CONTINUARÁ

EL LUNES 4 DE NOVIEMBRE





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Hola, mis queridos lectores empoderados.

Siento que este capítulo haya sido mas corto y que realmente apenas tenga contendido, pero me fue imposible ponerme a escribir mas tiempo esta semana.

Espero que al menos le esté gustando la historia y sobre todo esta parte del pasado de Keigo y Toya, donde se desvelaran muchas cosas.

También quiero hacer una pregunta:

¿Les gusta el apartado de "en el capitulo anterior"? Lo puse porque al actualizar de forma semanal, es una forma de recordar mas o menos lo que pasó en el anterior capítulo.

Un saludo

Mr. Enxant

Porque Te Fuiste (Dabihawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora