Cansado de los abusos por parte de su padre, Toya, con ayuda de su hermana, deciden denunciarlo a las autoridades. A partir de ahí, guiado por una abogada, Toya y Fuyumi luchan por la custodia de sus hermanos. Ese proceso duró cuatro años, cuatro añ...
Toya despierta en medio de la noche y se da cuenta de que Keigo no está en su futón. Preocupado, lo busca y lo encuentra en su habitación, perturbado por recuerdos de una incómoda experiencia en la casa de Toya. Keigo confiesa que le inquieta estar allí debido a un incidente pasado, y el ambiente se vuelve íntimo entre ambos. Toya, tratando de consolarlo, se sincera sobre la verdadera razón por la que se distanció de Keigo, pero el rubio lo detiene, evitando escuchar. Mientras Keigo lucha con sus sentimientos y recuerdos de Nakamura, Toya lo consuela con un abrazo. La tensión emocional culmina en un beso inesperado entre los dos, mientras afuera, Nakamura, sin que ellos lo sepan, observa todo, devastado por lo que acaba de presenciar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Momentos antes de que Takumi llegara a la casa de los Todoroki.
Nakamura se miraba en el espejo del baño de Radiant Stars. La sensación de ansiedad no se iba, al contrario, aumentaba, y las palabras de Endeavor no ayudaban. Nakamura sabía que su jefe decía todo eso por su bien, solo eran advertencias, por lo que no veía maldad en sus palabras, ya que el hombre que iba a hacer que su sueño se cumpliera nunca podría hacerle daño.
Los pensamientos de Keigo, intimando de cualquier forma con Toya, atormentaban a Takumi. Él nunca había sido alguien celoso, confiaba en Keigo, sabía que lo quería y se lo había demostrado muchas veces, pero por alguna razón sentía una inseguridad tremenda cuando se trataba de Toya Todoroki.
Saber que ese maldito lo había abandonado cuatro años atrás, conociendo el mal estado mental en el que Keigo llegó a él, le hacía enfurecer. Pero a la vez sabía que, si Keigo había acabado tan mal, era porque amó mucho a Toya, a niveles inimaginables. Saber eso hacía que Takumi no pudiese dejar de pensar en que, tal vez, esa chispa aún seguía ahí, y que él solo se había encargado de estabilizarla o camuflarla. Esos pensamientos también lo abrumaban, pues aunque Takumi veía imposible que Keigo lo hubiera utilizado solo para olvidar a Toya, no podía evitar plantearse todo tipo de cosas.
Por un momento, su mente pareció calmarse, lo que le dio un respiro. Suspiró y se echó agua en la cara, pero entonces, como un pinchazo en su sien, imágenes de Keigo en brazos de Toya lo asaltaron. Por un instante, dejó de sentir y oír cualquier cosa. Miró su reflejo en el espejo y oyó la voz de Endeavor en su cabeza:
<Está claro que tu novio quería quitarte de en medio para verse con otros chicos>
La sensación de ahogo llegó aún más fuerte, y entonces pudo visualizar en su mente a Keigo desnudo mientras el resto de sus amigos lo tocaban. Con un grito ahogado, Nakamura salió del baño y, sin decir nada, corrió hacia la calle, pasando por el estudio donde Endeavor observó la escena con una sonrisa en la cara.
En la cabeza de Takumi solo estaba la imagen de la casa de Toya. Corrió por las oscuras calles, recordaba la dirección de la última vez que fue allí, y tras más de veinte minutos corriendo sin parar, llegó frente a la gran casa. Se apoyó en sus rodillas para tomar aire. Sabía que era tarde, que ya estarían todos dormidos, y tampoco quería que lo vieran, pero por alguna razón sintió la necesidad de ir, de ver con sus propios ojos lo que pasaba. Solo quería estar tranquilo.