CAPÍTULO 39 - TENSIONES Y AMISTADES

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Tanto Toya como Keigo se miraron algo asombrados por las palabras de Rumi.

—¿Cómo?

—Sí, acabo de oír cómo Tenko le decía a Aizawa-sensei que quería cambiar su especialidad a abogacía —contó Rumi, que tampoco se creía bien lo que decía.

—Pero si lo que hace Shimura es Arte, ¿por qué iba a cambiarse? —Toya se sentía algo confuso; realmente no le importaba que su amigo estuviese con él en la clase, pero era muy extraño. Desde siempre le había gustado el arte.

Tras un momento en que los tres chicos no dejaban de mirar al profesor y a Tenko hablar, y hasta que ellos no se separaron, no se acercaron a él.

—¿A qué viene todo eso de que vas a cambiarte? —preguntó Toya con cierta confusión.

Tenko miró a los tres frente a él.

—Quiero probar cosas nuevas, ¿qué tiene eso de malo?

Toya lo observó; había algo raro en su forma de hablar, como si estuviese a la defensiva.

—A mí no me parece mala idea —dijo Keigo—. A veces es bueno cambiar de aires...

Toya miró a Keigo, sin saber cómo interpretar esa frase, sin saber si tomársela como lo que era o intentar buscar algún doble sentido.

—¿Lo sabe Spinner?

Todos pudieron ver cómo Tenko daba un leve respingo ante esa pregunta y apartaba la mirada.

—Se lo diré cuando vuelva a casa...

Rumi y Keigo se miraron confusos y luego miraron a Toya, el cual tenía una expresión algo extraña.

—¿Me estás diciendo que Spinner no lo sabe y que ni siquiera se lo has comentado?

Tenko lo miró algo molesto, poniéndose cada vez más a la defensiva.

—Todoroki, Shui no tiene nada que ver con mis estudios...

—Pero es tu novio, no puedes dejarlo al margen de estas cosas...

Tenko sintió eso, sabía que era verdad, pero tampoco podía decir nada.

—Todoroki, t-tu no eres el más indicado para darme sermones... tú te fuiste cuatro años por ahí sin decirle nada a nadie, abandonando a tu novio —Tenko señaló a Keigo.

El rubio se estremeció ante eso, encogiéndose un poco en el sitio. Al verlo, Rumi se puso delante de Keigo y miró al peliceleste.

—Eh, tú, no te pases... —dijo Rumi, algo molesta.

Toya estaba un poco en shock de que Tenko hubiese utilizado eso contra él. Desvió su mirada a Keigo, el cual se veía golpeado de caído ahora mismo, y por un momento cruzaron miradas, y al verlo tan abatido, Toya no pudo evitar sentir una oleada de rabia. Apretó los dientes y miró a Tenko, se acercó y con bastante violencia lo agarró del cuello de la camiseta.

—¡Maldito desgraciado, cómo te atreves!

Al ver eso, tanto Rumi como Keigo corrieron hacia Toya para separarlo de Tenko.

—Eh, tú, Todoroki, para —gritaba Rumi tratando de aflojar los dedos de la ropa de Tenko.

—Toya... eh, eh... Toya, mírame... —Keigo le sujetó la cara, y se la giró para que lo mirase—. Hey, Toya... para, por favor... me dijiste que ya no eras así...

La cara de Toya estaba totalmente apretada por la rabia, las venas de su frente se marcaban como nunca, sus ojos parecían escupir fuego y su semblante de odio era palpable, pero las palabras de Keigo parecieron afectarle, pues casi de forma instantánea su rostro volvió a relajarse, y soltó a Tenko, el cual dio un traspié y cayó al suelo de culo.

Rumi se arrodilló para ayudar a Tenko, mientras Keigo seguía sujetando la cara de Toya.

—¿Estás ahora mejor?

El pelirrojo respiraba ahora más tranquilo, siendo consciente de que Keigo lo tenía agarrado de la cara, sus mejillas se ruborizaron y al mirar al frente tuvo un primer plano del rostro del rubio; sus ojos fueron directos a sus labios, que se movían, pero no producían sonido. Tuvo que usar toda su fuerza para no reducir esa poca distancia y besarlo.

—Toya... ¿me oyes?

Toya parpadeó un par de veces y miró a los ojos de Keigo.

—Sí... sí... te oigo.

—Bien, ahora tranquilo...

Toya suspiró y miró alrededor, justo en el momento en que Tenko apartaba de un manotazo la mano de Rumi y se ponía de pie, mirando a Toya con rabia.

—Eres un maldito bastardo... —tras eso, Tenko se fue corriendo, mientras varios estudiantes los miraban.

Mientras todo eso pasaba en el exterior de la universidad, en el interior Geten entraba en su clase. Había faltado unos días por un resfriado, pero ya estaba mejor. Al sentarse, se ruborizó un poco, pues con la excusa del resfriado, había tenido una excusa para que Kai se quedase en su casa a dormir.

El peliblanco no pudo evitar una sonrisa traviesa recordando algunas de las cosas que pasaron. No pudo besarlo para evitar contagiarlo, pero su boca hizo otros trabajos en su cuerpo.

Prefirió no contarle a Kai su pequeño encuentro con ese pelirrojo llamado Toya, que parecía ser amigo de su nuevo amigo Keigo. Para él, no era fácil hacer amigos; era una persona introvertida y tímida, por lo que nunca sabía cómo iniciar una conversación. Y haber conocido a Keigo y a sus demás amigos fue algo balsámico para él.

Geten suspiró, pues recordó cómo conoció a Kai; fue algo gracioso. Fue en su cumpleaños, y como de costumbre lo pasaba solo con sus padres y decidieron pedir comida rápida. Tras hacer el pedido, Geten fue el que abrió la puerta y allí, con ese uniforme algo hortera y esa gorra, estaba Kai, al lado de una pequeña moto, con una bolsa de hamburguesas en la mano.

—Pedido para los señores Himura.

Esas fueron las primeras palabras que le oyó decir, y como vio que no le respondía, le miró a la cara, y Geten se enamoró en cuanto vio su rostro y sus ojos, salvajes y atractivos. Tras eso, Geten gastó mucho dinero en esa hamburguesería, pues prácticamente pedía a diario, y siempre rezaba para que fuese él el que viniera. Debido a eso subió un poco de peso, pero no le vino mal, porque estaba excesivamente delgado.

No fue hasta dos meses después que el primer acercamiento real entre ellos se fraguó. Al abrir la puerta, Kai extendía la bolsa del pedido.

—Pedido para nuestro mejor cliente.

Lo dijo con una sonrisa, y Geten se sonrojó tanto que Kai se rió un poco.

—Creo que ya va siendo hora de presentarnos, me llamo Kai Chisaki.

Ese mismo día, Kai le dio su número de teléfono a Geten y poco a poco empezaron a verse hasta el punto en que formalizaron su relación, aunque la mantenían en secreto por Geten, pues no quería que su familia supiese que era gay, debido a que su familia era muy tradicional y algo anticuada.

Entonces, el ruido de algunas voces lo despertaron, y vio cómo algunos de sus compañeros de clase se acercaban a las ventanas. En un principio no hizo caso, pero al escuchar que se estaban peleando y oír nombrar a Todoroki, Geten se levantó y se asomó, viendo el momento en que Keigo sujetaba la cara de Toya para calmarlo. Tras eso, Geten salió corriendo, pues por un momento pensó que Toya y Keigo eran los que se estaban peleando.

Porque Te Fuiste (Dabihawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora