CAPÍTULO 56 - EL PASADO (PARTE 1)

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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:

Takumi lucha con una creciente ansiedad provocada por los pensamientos de Keigo y Toya juntos, a pesar de su confianza en Keigo. La duda y los celos lo atormentan, alimentados por las palabras de Endeavor. Incapaz de soportar más, corre a la casa de Toya, donde, al llegar, presencia un beso entre Keigo y Toya a través de una ventana. Atrapado en un estado de shock, Takumi se aleja, perdido en sus pensamientos.

Mientras tanto, Keigo se siente culpable y confundido tras el beso. Aunque Toya confiesa que aún lo ama, Keigo, abrumado por sus emociones y recuerdos dolorosos, se derrumba emocionalmente y termina desmayándose en los brazos de Toya. En otro lugar, Endeavor recibe una foto del momento del beso, confirmando que su plan sigue en marcha, y sonríe satisfecho.



 En otro lugar, Endeavor recibe una foto del momento del beso, confirmando que su plan sigue en marcha, y sonríe satisfecho

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Hace 6 años...

Un empujón lanzó a Keigo, de 13 años, al suelo. El golpe no fue fuerte, pero la caída sobre la tierra de aquel descampado le hizo torcer el gesto. Un chico algo mayor que él lo miraba con soberbia, mientras otros cinco chicos reían detrás de él.

—Vamos, Takami, no seas nenaza. Levántate y haz lo que ibas a hacer —le retaba el mayor, mientras sostenía a un niño más pequeño por la camiseta, quien lloraba.

Keigo se recuperaba del impacto y trataba de levantarse, pero uno de los chicos que estaba tras el abusón lo volvió a empujar. Al ver la facilidad con la que caía, todos comenzaron a reír.

—Eres patético, Takami.

Keigo los miró con total impotencia desde el suelo. Eran seis contra uno, era totalmente injusto y, además, eran mayores.

—Dejadle en paz —dijo Keigo, mirando al niño que sostenía el chico que parecía ser el líder. Este alzó una ceja, agarró con más fuerza al niño, pero finalmente lo soltó, y el pequeño huyó despavorido.

—Ese mocoso no nos importa. Contigo nos lo pasaremos mejor —dijo el líder con desdén, apretando los puños mientras el resto coreaba su nombre.

Keigo sintió miedo al verlo acercarse. No pudo evitar pensar en su padre y en cómo todavía le dolían las costillas por la paliza que le dio esa mañana tras volver del instituto. El rubio cerró los ojos, dispuesto a recibir los golpes, cuando de repente escuchó un sonido de pisadas rápidas a su lado. Alguien corría desde detrás suyo hacia el grupo de chicos. Oyó gritos y golpes.

Al abrir los ojos, pudo ver cómo un chico de pelo negro y tatuajes extraños en la cara y brazos se peleaba con ellos. Tras unos momentos de confusión y golpes, el chico de pelo negro dio un paso atrás, mientras los seis chicos hacían lo mismo.

—¡Por fin te encuentro, Saito! No te voy a dejar escapar —dijo el chico, mirando al líder de los abusones y señalándolo con un dedo.

Los cinco chicos detrás del líder comenzaron a murmurar, hasta que la voz de este se alzó casi gritando:

Porque Te Fuiste (Dabihawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora