adaptación- cenizas - JenLisa

XLIII

¿A quién quieres engañar Jennie? ¿A ti o a mí? ¿A ti o a mí? ¿A ti o a mí?

Con esa última pregunta en repetición y el rostro de Lisa grabado en su mente, Jennie sacó la cabeza de debajo de la blanca almohada consiguiendo que su corta melena quedase alborotada. Se encontraba completamente desnuda ya que había pasado la noche con su prometida, pero en ese instante se estaba a solas. Nayeon había madrugado para arreglar algunos asuntos pendientes.

Dando un bostezo, caminó descalza hacia el baño de su dormitorio donde hizo sus necesidades después de echarse agua fría sobre la cara y acomodar su corta melena varias veces, lo cual la despertó completamente. No había mirado la hora pero sabía que era temprano. Últimamente apenas dormía.

Tenía vecinos demasiado cotillas a su alrededor, por lo que al volver a su habitación buscó una bata de tela fina en una de las perchas. Al dar con ésta, se hizo un pequeño nudo y bajó las escaleras que daban a la planta baja de su casa.

Una vez en la cocina, sacó de la nevera un tarro de cristal del cual se sirvió su vaso diario de zumo. Notando el fresco paladar sobre su lengua, caminó hasta el sofá frente a la tele de plasma, encendiendo ésta, dejando puesto un canal aleatorio al que no prestaría atención.

Seguidamente contempló uno de los cuantos marcos que decoraban su salón con una foto de Nayeon y ella. Dejando el vaso sobre la mesa de cristal, se acercó a uno de ellos cogiéndolo para seguidamente volver a donde estaba anteriormente. La imagen era especial por el simple hecho de que eran la primera que se hicieron juntas. Con una triste sonrisa en sus labios recordó aquel momento.

Flashback.

No quería salir esa noche. Necesitaba quedarse en casa para derramar las lágrimas que seguían estando presentes, pero allí estaba, vestida para la ocasión mientras Julia la miraba esperando una respuesta.

-"¿Y bien?" preguntó la chica de casi diecisiete años.

-"No estoy preparada, Lia" admitió Jennie finalmente dando un suspiro antes de sentarse en su cama.

Precisamente la hermana de Lisa era la única que sabía que había vuelto a por ella después de estar durante casi doce meses buscándola como si fuera una aguja en un pajar. No era capaz de contárselo al resto de sus mejores amigas porque no quería sentirse juzgada.

-"¿Y cuándo vas a estarlo, Jen?" preguntó la menor desesperada. "Hace un año que la encontraste y lo único que haces desde entonces es pintar Dios sabe qué, durante día y noche" dijo sentándose a su lado. "Esa fiesta de tu universidad es la oportunidad perfecta para comenzar tu nueva vida"

Y con esas últimas palabras Jennie acabó aceptando ir. Mientras conducía, pensaba en la actitud de su exnovia: se había vuelto tan fría. No había llegado a hablar con ella desde que la dejó, pero Julia sí y esa fue la mejor descripción que pudo darle.

La fiesta en sí, era para los alumnos de penúltimo, y último año donde la de ojos verdes estaba incluida. Según había oído, varios representantes estarían allí esa misma noche y si se sentían a gusto con los alumnos, podrían darle una buena oportunidad. Eso era lo que más le llamaba la atención.

La noche se alargó mientras saludaba con una sonrisa desganada a sus compañeros y profesores. Todos estaban demasiado arreglados y Jennie era una más mientras observaba en la barra. Sus labios se mantuvieron sellados hasta que alguien se sentó a su lado.

-"¿Te importa?" preguntó la desconocida quien no había apartado la mirada de ella en toda la noche, a quien Jennie negó con la cabeza. "¿Alumna o profesora?" preguntó de nuevo.