III

70 4 0
                                    

La llamada dejó sorprendida a Bae Irene, pensando ésta que Lisa no llamaría y menos tan pronto, después de su actitud dentro de la consulta. Habían quedado junto con el resto para el sábado por la tarde. Solo hubo un detalle que Irene no le comentó y éste fue que Jennie no iba a saber que la chica que le rompió el corazón por primera vez, se presentaría con el resto más tarde una vez Lisa estuviera allí.

Al ser principios de semana no habían podido quedar entre medio de ésta puesto que tanto Irene como el resto tenían cosas que hacer y trabajos que ocupar. Lisa no había querido explanar más la conversación preguntando acerca de los oficios que ocupaban, ya que no sabía si las mismas ideas que tenían se habían mantenido. Con Jennie ya tenía comprobado que no.

Siendo aún jueves, Lisa salía de la clínica dental un par de horas antes. Varias citas se habían cancelado y aplazado durante la semana por lo que había podido modificar su horario y salir antes. Dentro del Citroën parada en un cruce, observó a lo lejos una tienda de hogar lo cual le llevó hasta lo vacía y triste que estaba su casa. Sin pensarlo mucho más, aparcó dentro del parking exclusivamente para la tienda y entró en ella.

Nada más entrar se encontró con un espacioso local repleto de todo lo necesario para llevar la decoración de su casa a otro nivel. Mientras iba recorriendo los blancos pasillos repletos de colores por la decoración, iba apuntando en un papel las cosas que le llamaban la atención, como por ejemplo un baúl de mimbre que le servía como mesa.

Sus tacones sonaban en cada paso que daba sobre el suelo de madera mientras seguía recorriendo el enorme local, chocándose con varias personas y empleados. El uniforme de éstos les parecía curioso porque se asemejaba más a las de un restaurante de pollo frito con la gorra hacia delante, que ella llevaría hacia atrás, y una especie de delantal donde llevaban guardado el micrófono con el que se comunicaban entre ellos.

Siguió con su búsqueda hasta que llegó a una amplia pared de la que solo colgaban cuadros. Se quedó mirando cada uno de ellos fijamente hasta que se pausó en uno que le llamó bastante la atención: era una desnuda silueta femenina de espaldas con una larga y ondeante melena cayéndole hasta la cintura mientras miraba hacia la luna dibujada a carboncillo con un fondo que reflejaba la oscura noche mezclando distintos tonos de azules dejando en blanco la desnuda silueta y la luna llena.

- "¿Necesita ayuda?" preguntó una voz femenina detrás de ella.

- "Me gustaría comprar este cuadro" informó Lisa sin dejar de mirarlo dando por supuesto que sería una de las empleadas.

-"En ese caso le ayudaré a bajarlo" concluyó la joven tras ella.

En cuanto la chica que le había hablado dio un paso adelante para estirarse a coger el cuadro, Lisa se dio cuenta de que no era una empleada de allí, puesto que no llevaba uniforme sino ropa casual. Se sentía como una completa idiota viendo como una castaña de la que no había visto aún su rostro le alcanzaba el cuadro.

- "Perdona, pensaba que trabajabas aquí" se disculpó Lisa mientras la castaña se daba la vuelta.

No podía creer lo que estaba viendo en aquel momento. La había visto tan solo una vez pero no le hizo falta más para reconocerla. Im Nayeon estaba frente a ella sujetando el cuadro que le había pedido mientras la miraba con sus ojos azules y una perfecta sonrisa, por cierto.

-"Lo he notado pero no importa, aquí tienes" dijo sonriendo mientras le entregaba el cuadro. "Perdona pero ¿nos hemos visto antes?" preguntó Nayeon ladeando la cabeza.

Rápidamente el miedo de que Jennie pudiese estar junto con la castaña en esa tienda, se apoderó de ella. No estaba preparada para verla. No todavía. No hasta el sábado.

adaptación- cenizas - JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora