IX

55 5 0
                                    

Una semana había pasado desde aquella cena en la que Lisa optó por quedarse hasta el final después de prometerles que se pensaría lo del cumpleaños. Una semana desde que les había advertido que no se hicieran ilusiones. Una semana que se le había hecho el doble de larga de lo que se le hacía habitualmente.

Una larga semana en el que el único pensamiento en la mente de Lisa había sido la conversación en el restaurante mientras comía sin ganas una ensalada de atún. Aún no había asimilado el hecho de que Jisoo y Irene quisieran tenerla de vuelta en su vida. No después de cómo las trató, a ellas y al resto.

Lisa no había vuelto a la ciudad un año atrás con el propósito de volver a ser el grupo de cinco que fueron hasta los dieciocho. No

había planeado acercarse a la exposición de su exnovia para encontrarse allí con Rosé. No había obligado a Irene a aparecer por su consulta. No había deseado nada de eso y en cambio, ahí estaba, viendo cómo el destino volvía a llevarla a su adolescencia siete años después.

Con su larga melena húmeda peinada hacia atrás dejando caer varias gotas por su desnuda espalda, se dirigió de la misma forma en la que había entrado en la bañera, hacia su habitación dejando leves huellas a causa de sus descalzos pies. Se pausó en frente del armario para hacerse la misma pregunta de siempre solo que esta vez no tenía nada que ver con el trabajo.

- "¿Voy o no?" se preguntó en voz alta pasando sus manos por las perchas.

Había llegado el día que llevaba evitando durante toda la semana: el cumpleaños de Jisoo. Durante los últimos siete días había elaborado una lista con los argumentos 'buenos' y con los 'malos' sobre ir o quedarse en casa. La columna sobre esto último superaba la que la animaba a ir. Saber que Jennie iba a estar allí no facilitaba las cosas, pero saber que lo más probable es que fuese acompañada de su prometida aún menos. Prometida. Cada vez que lo pensaba le entraban náuseas e intentaba engañarse a sí misma pensando que eso se debía al hecho de no querer formar una familia.

Todavía no sabía qué iba a hacer. Era demasiado complicado porque no quería hacerlas creer algo que no era si iba pero por otro lado sabía que si no lo hacía se sentiría peor con ella misma. Fue entonces cuando las palabras de Jisoo en el restaurante volvieron a su cabeza mientras seguía desnuda frente al armario escuchando cómo Luca jugaba con una bobina de hilo que le había comprado.

- "Si lo que te preocupa es sentirte incómoda puedes traer a alguien como acompañante, uno más no se notará"

En ese instante el nombre del castaño apareció por su mente. No. No podía llamarlo e invitarlo a una fiesta de cumpleaños horas antes de que ésta empezase, así como si nada. No podía hacerlo sabiendo que eso implicaría rebasar la barrera que ella misma había puesto. No quería que se hiciera una idea equivocada de lo que no era. Decidido. No iría.

Victoriosa ante sus propios pensamientos, rebuscó entre los montones de ropa dentro de su armario una camiseta ancha de las que utilizaba como pijama para encarar la tarde noche del sábado. Soltando varios suspiros mientras la buscaba, notó como algo caía al suelo, concretamente la foto del grupo de cinco que rescató de su antigua habitación.

La cogió entre sus manos y suspiró una vez más. Inconscientemente una lágrima rodó por su mejilla derecha. Claro que anhelaba la compañía de todas ellas, claro que deseaba en el fondo volver a ser lo que fueron en su día, claro que quería ir al cumpleaños pero todo era... demasiado difícil y ella una cobarde.

Volviendo a dejar la foto bajo el mismo montón de ropa en el que se encontraba anteriormente, vagó hasta el cajón donde guardaba la ropa interior colocándose las dos piezas de encaje negro. A veces le parecía ridículo comprar dicha colección cuando al único que se lo mostraba era a Luca. Aún con el pelo húmedo se dejó caer en la cama soltando otro suspiro.

adaptación- cenizas - JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora