adaptación- cenizas - JenLisa

LXXIV

Número: concepto matemático que expresa una cantidad con relación a la unidad de cómputo; resulta de contar los elementos que forman un conjunto.

Un simple número puede significarlo todo y a la vez nada. Puede significar los minutos que faltan para que termine la jornada escolar o para que acabe una película, el número de personas muertas al año por violencia de género e incluso, entre muchos tantos, el resultado final de un problema matemático.

Podría tener miles de significados, pero para Jennie, Lisa y todas aquellas personas involucradas con la situación que se había creado entre ellas, el número 17 lo significaba todo.

Poco después de que la castaña oscura les hiciera aquel comunicado, la artista, por mucho que hubiese querido permanecer al lado de la mujer de la que estaba enamorada, notó que realmente debía irse. Ellas no iban a hablar nada más con Somi allí, por eso mismo, dándole su número a la letrada, abandonó la pequeña casa después de acariciar la grisácea cabeza de Luca y despedirse con un desolado 'adiós'.

Lisa, quien dejó caer su cabeza nada más escuchar la puerta cerrarse con desgana, dio un prolongado suspiro con el que esperó que la castaña oscura preguntase al respecto, puesto que además de haberle hecho una enorme confesión, también estaba al tanto de su situación con la de ojos verdes. Sin embargo, se limitó a apretarle con fuerza el hombro y dejar en el aire un simple "lo arreglaréis" antes de marcharse ella también.

Pero, ¿quién le aseguraba realmente que aquello era un nuevo comienzo? ¿Quién le aseguraba que entre Jennie y ella no volvería a haber ningún inconveniente? Necesitaba asimilarlo la situación, habían sido demasiadas confesiones en la misma noche y su cabeza estaba saturada. No podía negar que el hecho de que la palabra 'divorcio' hubiera aparecido en la conversación le hubiese alegrado, pero lo cierto era que ambas necesitaban un tiempo para aclararse antes de hablar.

Por eso mismo, durante la primera semana de aquellos diecisiete días, Lisa había ignorado cualquier tipo de llamada y visita por parte de la artista, y se había centrado aún más en su trabajo. No quería pensar en el día del juicio, no quería pensar en un futuro porque le aterraba no imaginarse a Jennie en él.

Misma que después de un sexto rechazo, había decidido finalmente no volver a insistirle más. En los últimos meses habían pasado por mucho, consiguiendo así que se hicieran daño entre ellas, y la de ojos verdes era perfectamente consciente de que esas cicatrices, como cualquier otra, necesitaban tiempo para sanar, pero, ¿qué es el tiempo contra la necesidad de estar a su lado?

Con aquella última pregunta, Jennie dio un suspiro antes de cerrar los ojos y dejar que el sueño la venciera, mismo que mantenía despierto a Namjoon, el cual tenía la mirada perdida en la pared de la habitación de su novia a la que abrazaba, ambos desnudos, después de haber hecho el amor durante toda la noche.

El castaño llevaba aquellos últimos días conciliando el sueño a altas horas de la madrugada. Le había sorprendido a sí mismo no haberse percatado de lo que estaba sucediendo a su alrededor incluso estando Irene al tanto. Fue entonces cuando comprendió la conversación que tuvo con la artista el día de su boda, y por qué Taecyeon se encontraba escuchando al otro lado de la puerta. Si no hubiera sido por el hecho de que éste también había sido detenido un par de días después que Alejando, le hubiera dado su merecido hasta que los nudillos le quemasen.

Lisa, su mejor amiga, a la que trataba como su hermana pequeña a pesar de tener ambos la misma edad, había estado siendo perseguida por aquella miserable persona frente a sus narices, en los mismos apartamentos de la propiedad de sus padres. Estaba confuso, pero sobre todo preocupado porque por más que quisiera hacer, la suerte estaba echada en aquel juicio.