No podía creer lo que sus penetrantes ojos verdes estaban viendo. Tenía que ser una ilusión. De repente, sus manos comenzaron a temblar, consiguiendo que la parte de debajo de su anillo de compromiso entrase en contacto con la mesa de cristal.
Con además un tick nervioso en la pierna derecha, miró fijamente hacia la carta doblada en cuatro partes que venía adjunta. Estaba demasiado pálida y lo sabía a pesar de no estar viéndose reflejada en un espejo. Se temía lo peor, por eso mismo no fue capaz de comenzar a leerla hasta pasados unos minutos.
"Hola JK, o mejor, démosle un toque más informal. Hola Jennie.
Por lo que muestras, no pensé que fueras tan ingenua como para no darte cuenta de que os estaban siguiendo. Pero me equivocaba, lo cual es un punto a mi favor. Pobre Nayeon... ¿no te da vergüenza compartir cama con otra, a días de tu casamiento? Ya veo que no.
Por eso, aquí, en mi juego, tú juegas con desventaja.
Sería una pena no aprovechar esas fotos y ganar mucho dinero a tu costa después de que saliesen publicadas en todas las portadas y en cada medio. 'Nayeon Im, ¿de mánager a cornuda?' o 'Yo os declaro mujer, mujer y mujer, y mujer...' Solo de pensar en los titulares me saboreo los labios.
Pero, ¿sabes qué? Voy a darte una oportunidad, sí, a ti, la artista de élite, porque sé que tú puedes compensar ese beneficio. Estás siendo vigilada Jennie. Si vas a la policía lo sabré. Si cuentas esto, lo sabré también. Así que mejor ten cuidado con lo que haces hasta nuevo aviso. Cásate con Nayeon. No es un consejo, es una orden.
Por cierto, a esa chica, ¿cómo se llamaba? Ah sí, LaLisa, le queda preciosa la bata blanca, ¿no crees? Lástima que sea otra ingenua como tú"
Miedo: sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.
Esa era la definición y la artista la conocía perfectamente, por eso sabía que no estaba sintiendo solo aquello mientras el corazón le bombeaba con fuerza. Ahora no solo estaba en peligro ella, sino también Lisa y por consecuente Nayeon.
¿Cómo no se había dado cuenta antes? ¿Cómo había sido capaz de llegar a aquella situación? Tenía la respuesta frente a ella y lo estaba viendo a pesar de tener los ojos llenos de lágrimas.
Cuando estaba con la odontóloga todo su mundo se centraba en ella y en cualquier gesto o sonido que ésta pudiese emitir. Cualquier expresión en su rostro o movimientos de manos. Cualquier cosa, mientras perteneciera a ella.
Le temblaba todo su cuerpo y su respiración se había vuelto más rápida, pero no por ello evitó leer la carta por segunda vez. La habían amenazado y podía ser cualquier persona, ajena o no a su círculo. Pero había algo que no conseguía sacar de su cabeza y esto era la última frase. Dicha persona, fuese quien fuese, seguía detrás de Lisa, y no podía permitir que le hicieran nada.
Se había bloqueado mentalmente. No conseguía pensar por ella misma y por unos segundos, casi llama a su exnovia para comprobar que ésta estuviese bien. Pero no podía, ¿por qué? Primero, porque no había vuelto a hablar con ella desde aquella vez, y segundo, porque eso solo la pondría más en peligro. Solo había una persona que podía ayudarla en ese instante. Solo una. Así que después de secar las lágrimas y calmar su corazón, desbloqueó su teléfono.
-"Irene" habló forzando el tono neutral que solía utilizar.
-"¿Qué pasa, Jen?" saludó ésta sonriendo al otro lado de la línea.
-"¿Estás en tu apartamento? Te has dejado en el estudio tu agenda, y sé que la necesitas para tu trabajo"
En ese momento, la psicóloga miró hacia su mesita de noche en la cual estaba el mismo objeto del que su mejor amiga estaba hablando. Había notado algo en su voz y aquello solo hacía la situación más confusa, por eso mismo le siguió el juego.
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adaptación- cenizas - JenLisa
Fiksi PenggemarImagina por un momento que la persona que tanto te marco en tu pasado vuelve diciéndote todo lo que jamás te dijo estando contigo, que ha cambiado y que esta vez será diferente. ¿Qué harías? Esto es una adaptación de la historia original de Andrea...