adaptación- cenizas - JenLisa

LXIX

Nada más ver cómo el tiempo avanzaba marcando un minuto más en la pantalla, el cuerpo comenzó a pesarle. Jennie la estaba eligiendo a ella, y aunque Lisa tuviese más motivos para irse que para quedarse, la amaba más que nunca, a pesar de todo lo que le había hecho sufrir.

Por eso mismo no quiso perder más el tiempo, allí, sobre la alfombra de su salón con el maquillaje a punto de correrse. No podía esperar a llegar al MJ Victorious Museum. No podía arriesgarse de aquella forma, no cuando su corazón y su felicidad estaban ambos en juego. Fue entonces cuando se acercó lo más rápido que pudo con sus tacones hacia su móvil, buscándola rápidamente en su lista de contactos.

"El número al que llama no existe"

-"¿Qué?" preguntó a la nada volviendo a darle al botón de llamada, escuchando por segunda vez el mismo mensaje de voz.

La odontóloga creía que era un fallo del sistema, pero lo cierto era que aquella frase no mentía. Jennie había cambiado de número por miedo y nunca había llegado a tener la oportunidad de darle el nuevo a su exnovia, y ésta desconocía totalmente aquel detalle.

-"¡No!" gritó desesperada, abriendo rápidamente la puerta para salir de allí a toda prisa llevando tan solo con ella las llaves de su coche y el ticket del museo, dejando el sobre tirado en la alfombra.

Los minutos seguían contando y no tenía tiempo para cambiarse o pensar en lo que estaba haciendo. Su única motivación para seguir avanzando era pensar que la artista no se había marchado, que seguía esperándola, pero vivir a las afueras de la ciudad no le ayudaba, sin embargo, por una vez, el tráfico pareció brindarle suerte al estar más despejado de lo normal.

Mientras tanto, Jennie se mordía el labio inferior cabizbaja, observando sus deportivas un tanto desgastadas. No quería mirar el reloj, no quería hacerse daño, no quería pensar que Lisa realmente no iba a llegar. Pero en el fondo, no podía culparla si no lo hacía. No podía porque la había tratado de la peor forma posible en la que tratas a alguien a quien amas; haciéndole daño.

-"Por favor..." suplicó entre dientes dando un prolongado suspiro después.

Finalmente, optó por echar un vistazo a su teléfono móvil consiguiendo que el retraso de la odontóloga le quebrarse el corazón. No había noticias de sus mejores amigas y sabía por qué Sin embargo, fijó su atención en las acumuladas llamadas perdidas por parte de Nayeon.

Ignorándolas completamente, volvió a bloquear la pantalla mientras se castigaba a sí misma por no haber ido directamente a casa de Lisa, o haberle mandado un mensaje de texto.

Pero no, ella era JK, e incluso en situaciones así debía mostrar su creatividad y su amor incondicional. No podía abrir su corazón a través de una pantalla teniendo la oportunidad de hacerlo cara a cara. No podía hacerlo sin notar su tacto, su olor, o cómo sus profundos ojos marrones la analizaban. No podía decirle que la amaba y esperar tanto para besarla.

Con el pie presionando el acelerador, pero con moderación, Lisa llegó quince minutos después hasta la calle en la que el museo se encontraba. Nunca había ido a aquella velocidad.

Desesperada, con el pulso nervioso y las manos sudándoles, aparcó rápidamente en el primer hueco que halló, agradeciendo que fuese lo suficientemente grande y no estuviera tan alejado. Sin embargo, con lo que no contó mientras bajaba del Citroën y agarraba su largo vestido para caminar con más firmeza, fue que hubiese aparcado en una zona amarilla.

-"Por favor que sigas ahí, por favor, por favor" pidió con el ticket en sus manos, avanzando desesperada entre la multitud que la observaba curiosa.

A los mensajes de su prometida, se les habían unido otros por parte de sus dos hermanos e incluso de su madre. Quedaban cincuenta minutos para que su boda comenzase y Jennie debería haber estado en su vestuario desde hacía más de media hora. Sin embargo, varias lágrimas seguían presas en sus mejillas mientras esperaba junto al reloj de arena. Lisa no aparecía. ¿Significaría aquello que no quería estar con ella, que ya no la quería?