XIX

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Lisa estaba segura de que la rubia volvería a hacerle la misma pregunta de siempre, pero para su sorpresa no lo hizo. Pidiéndole con la mano que esperase, entró de nuevo en la gran casa alicatada y salió pocos minutos después. Durante ese tiempo la morena no había dejado de respirar con dificultad.

Cuando Namjoon le preguntó acerca de quién era la persona a la que más daño le había hecho, el primer nombre que apareció por su mente fue el de Jennie, pero pensándolo detenidamente, no sabía dónde vivía, ni dónde encontrarla. Aunque el castaño le hubiera sugerido empezar por lo más difícil, Lisa sabía que Rosé estaba demasiado cerca de igualar la situación con la de gatunos ojos verdes.

Conociendo la dirección de su antigua casa, condujo hasta ella con la esperanza de no haberse mudado al igual que lo habían hecho Jisoo y Irene e incluso, suponía, que Jennie. Por suerte, fue la rubia la que abrió la puerta y no sus padres o cualquiera de sus hermanos. Misma rubia que salió por ésta un par de minutos después.

-"Dime un motivo por el que merezca la pena hablar contigo" dijo Rosé nada más salir, subiendo la cremallera de la chaqueta burdeos que se acababa de colocar.

En ese momento Lisa se quedó pensativa. No había pensado ninguno por el camino, simplemente quería hablar con ella y punto. Podría haberle respondido de una manera fría y poco amigable pero sabía que si quería recuperar a la más alta, tendría que arrastrase. Con ellas y con todas.

-"Porque fui una estúpida" suspiró mirándola fijamente a sus oscuras pupilas.

Rosé se quedó en silencio mirando a la que en su día fue su más íntima mejor amiga mientras fruncía el ceño. Si Lisa pensaba que con un 'fui una estúpida' iba a conseguir su perdón, estaba muy equivocada. Pero aun así, se limitó a asentir antes de comenzar a caminar hacia un banco de madera no muy lejos de la casa de la más alta.

Lisa suspiró un tanto aliviada porque aunque sabía que Rosé era un hueso duro de roer, al menos podía tener la oportunidad de explicarse y pedirle disculpas, sabiendo de ante mano que a la rubia le iba a costar aceptarlas.

-"Te advierto que no tengo mucho tiempo, tengo cosas que hacer" explicó ésta sentándose en el banco en medio de la noche.

En cuanto Rosé dijo aquello, el recuerdo de Jennie días atrás diciéndole palabras similares, penetró en su mente causándole un nudo en la garganta. Pero no era a la morena de ojos verdes a la que tenía delante, sino a la rubia de ojos tan oscuros como la noche.

-"Yo-yo, que-quería..." tartamudeó Lisa .

-"No me digas que ahora te cuesta hablar" bufó Rosé cruzándose de brazos.

-"Vamos Lisa no seas idiota, dilo, tan fácil como decirlo" pensó para ella misma.

Pero no podía. No por el hecho de ser orgullosa que para nada era el caso, sino por el miedo al rechazo. Rosé había sido como una hermana para ella y solo el hecho de pensar que ésta no pudiese perdonarla, hacía que le temblasen las rodillas. En medio de la noche mientras la leve brisa inundaba el ambiente, Lisa las frotaba intentando calmar los nervios visibles en ellas. No quería mirar a la rubia a los ojos sabiendo que si lo hacía no podría contener las lágrimas y por consecuente, no podría explicarse.

Cierto era que hacía escasamente un mes, cuando ninguna del antiguo grupo de cinco había vuelto a su vida, no pensaba en ellas y que aceptasen su perdón le resultaba algo irrelevante. Pero en aquel momento, después de volver a sentir el cariño por parte de Jisoo y Irene, las palabras de dolor de Rosé y por supuesto, Jennie en si, escuchar un 'te perdono' era todo lo que necesitaba para dormir bien por las noches.

La más alta al notar el silencio y los gestos de Lisa , se aclaró la garganta haciéndola entender que estaba perdiendo el poco tiempo que ésta tenía. No tardó más de diez segundos en hablar.

adaptación- cenizas - JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora