|ANGIE|
Abro los ojos despacio y estiro mis extremidades, observando cómo la luz de la mañana llena la habitación. No entiendo cómo pude conciliar el sueño; sospecho que Ferdinand me echó algún sedante en el agua. No pude continuar conversando con Armin, ya que me trajeron la merienda y luego de comer me quedé profundamente dormida. Mis temores aumentan al pensar en lo que podrían hacerme, mientras estoy inconsciente, por lo que todo lo que puedo pensar es en buscar una manera para que no sigan sedándome.
En el intento de idear un plan, me pongo la bata de dormir y me cubro bien antes de levantarme. Pero en el momento en que me dispongo a bajar de la cama, me congelo y mis ojos se posan en la pequeña ventana en la pared. Miro con perplejidad la cantidad de notas multicolores que Armin dejó, así que me dirijo rápidamente hacia allí y me acomodo sentada sobre mis rodillas, levantando la primera nota.
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¡Espero que tengas un día maravilloso!
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Leo otra nota.
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Feliz día, Angie.
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Una pequeña sonrisa curva mis labios, mientras leo cada mensaje bonito de buenos días. En mis circunstancias es imposible que tenga un buen día, pero sus palabras logran reconfortarme y revivir mis esperanzas. Es la primera persona que tiene gesto como este conmigo, ya que la mayoría de los chicos que he conocido, incluyendo Jack, apenas me decían buenos días de la manera más sencilla posible. Por lo que me parece sorprendente que él se tomara el tiempo de escribirme esto tantas veces.
Recojo la barra de chocolate blanco que dejó sobre las notas y muchas cosas cobran sentido, pues me doy cuenta de que él fue quien dejo el chocolate la otra ocasión en mi habitación. Eso me llena de preguntas, pero a la vez no deja de conmoverme un poco. Y aunque es un poco temprano, siento la tentación de comerla, pero me abstengo y continúo leyendo las notas. Cada una de ellas me hace sonreír mucho. En otra situación, esto podría hacerme sentir como una adolescente emocionada, pero la realidad de estar secuestrada junto a él, oscurece toda la situación. Me entristece pensar que Armin está acostumbrado a este encierro, al que sus propios padres lo sometieron...
«Le prohibieron salir, le prohibieron vivir».
Eso es demasiado cruel, especialmente viniendo de los padres.
«Espero poder ayudarlo a salir de aquí».
En el intento de mostrarle mi gratitud, recojo el marcador que dejé en el suelo y le escribo rápidamente una nota.
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Buenos días, Armin. Gracias por ser lo único bueno en este lugar.
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CALIBAN
Siêu nhiênDurante toda su vida el encierro y la soledad fueron sus únicos amigos, hasta que encontró a una persona valiente que se atrevió a hacer algo peligroso: amarlo. El amor era la única salvación para Angie, quien fue en busca de una salida a sus proble...