9. Engaño

68 19 0
                                    

|ANGIE|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|ANGIE|

No sé cuánto tiempo llevo encerrada en el baño, pero a través de una pequeña ventana logro ver la salida del alba. Es bastante temprano, pero desde que escuché esos sonidos en la puerta no me he atrevido a cerrar los ojos para descansar. Por lo que abandono mi vigilia y libero un quejido, mientras me levanto del piso padeciendo un horrible dolor en el trasero.

«Tengo que hablar con Paula».

Abro un poco la puerta y veo a través de la ranura los alrededores de la habitación. No encuentro nada fuera de lo normal, así que salgo despacio y camino con cautela hacia la puerta. Me detengo a una corta distancia de ella y durante unos segundos, espero escuchar algún sonido que me haga saber que el peligro sigue ahí, pero no logro escuchar nada. Por lo que tomo la arriesgada decisión de salir.

Llevo un jarrón en la mano, preparada para cualquier situación y le quito el seguro a la puerta. Con lentitud, me asomo viendo el pasillo; la falta de sonidos y la soledad no me hacen sentir segura, pero tomo la arriesgada decisión de salir. Camino rápido hacia la habitación de al lado en la que se está quedando Paula y no dudo en girar la manija, abriéndola de golpe.

«No puede ser».

Abro los ojos al máximo y miro pasmada la cama con las sábanas completamente estiradas. Todo luce en perfecto orden, como si nadie hubiese pasado la noche allí. Entre temblores, obligo a mis piernas a moverse y camino en dirección al cuarto de baño. Me adentro al sitio buscando a mi amiga, pero no está por ninguna parte.

Mi respiración se vuelve un caos y las peores imágenes llegan a mi mente. Miro a mi alrededor y la soledad del cuarto aumenta mis ganas de salir corriendo de este lugar. No puedo quedarme más, así que antes de huir busco entre las pertenencias de mi amiga su celular o algo que pueda ayudarme. Abro las gavetas, busco por todas partes el celular, pero no lo encuentro.

«¿Dónde está Paula? ¿Qué le hicieron?».

Camino rápido hacia la salida, salgo de la habitación con el jarrón entre mis manos y en todo momento miro a mi alrededor. Pronto llego a las escaleras y las bajo despacio. En el proceso, escucho mis palpitaciones cardiacas resonando en mis tímpanos. Esto empeora cuando corro más rápido buscando la salida, por suerte, no me encuentro con nadie en el camino...

«Tengo que salir de aquí, tengo que largarme ya».

Abro la puerta principal y el frío matutino envuelve mi cuerpo. Me precipito hacia el portón principal, pero a pocos pasos de llegar a ese lugar escucho el sonido de un carro que se detiene frente a la casa. Mi alma abandona mi cuerpo, por lo que huyo del aparcadero y corro por el jardín en busca de un escondite. Pero en mi veloz huida, siento que mi pie se dobla fuertemente y caigo de bruces sobre mis manos y rodillas. Por lo que contengo mis ganas de gritar, me levanto con dificultad y dando saltitos me acerco a un arbusto con la intención de ocultarme detrás.

CALIBANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora